Cada uno entiende el fútbol a su manera. A la mayoría le gustan los goles que limpian escuadras o los regates que crean ovaciones en la grada, ya que son obras de arte que entran con facilidad en los ojos del espectador. Después, hay otras acciones que erizan la piel a muy pocos, como el arte de defender: una segada perfecta, un corte in extremis o salvar un gol bajo palos. Es un trabajo que requiere sangre, esfuerzo y disponibilidad las 24 horas del día, y no hay nadie mejor en ello que Antonio Raíllo. 

El pasado 18 de agosto, el capitán bermellón se lesionó del tobillo izquierdo ante el Villarreal. Una baja sensible que dejaba a la defensa insular con un gran vacío existencial. Los médicos aseguraban que el periodo de baja sería de unos cuatro meses tras pasar por quirófano, lo que no sabían es que para tumbarle siempre hay que disparar dos veces. Parece ser que el cordobés volverá a los terrenos de juego mucho antes de lo esperado, ya que Raíllo cuando está herido, se cura a sí mismo con un chupito de vodka y una aguja sin desinfectar.

El inicio de temporada sin el central andaluz no está siendo un camino de rosas. El conjunto bermellón parece no arrancar y se encuentra a dos puntos del descenso, al borde de la línea de fuego. Tras su lesión, el RCD Mallorca ha recibido 14 goles en 8 encuentros disputados, una media de casi dos tantos por partido. Los de Javier Aguirre necesitan de nuevo la garra y jerarquía que aportaba el capitán bermellón para volver a la dinámica de la temporada pasada.

El técnico mexicano aseguró en rueda de prensa que Raíllo está evolucionando muy favorablemente a su lesión: «Es una cabra loca. El doctor y yo le intentamos frenar porque acorta los plazos de manera exagerada. Con la lesión está demostrando que es un profesional las 24 horas del día«. Raíllo y el RCD Mallorca. El RCD Mallorca y Raíllo. Dos entidades que se entienden mejor juntas. Por ello, el capitán cada día está más cerca de hacer lo que más le gusta: currar para el equipo de su vida.

Antonio Raíllo, en Son Bibiloni.
Foto: RCD Mallorca