El parón de selecciones ha llegado como agua de mayo para el conjunto de Javier Aguirre. El Real Mallorca no ha conseguido encontrar su mejor versión en partidos llenos de incertidumbre; mostrando un nivel de concentración excelente y, al mismo tiempo, desconexiones totales. Tal vez, estas dos semanas de descanso hayan servido para que jugadores y cuerpo técnico hagan piña.
Está claro que no hemos visto a ese Vedat Muriqi insaciable, incansable e imparable. La lesión de Antonio Raíllo ha sido otro varapalo importante y la baja del kaiser será difícil de suplir. Aunque, eso sí, Siebe Van Der Heyden ha arrojado algo de esperanza en este asunto.
Sergi Darder, tu turno
Pero la zona más sensible se quedó sin dueño tras la marcha de Íñigo Ruiz de Galarreta. La sala de máquinas, que empezó sin un líder claro y le dio más de un quebradero de cabeza a la afición durante el mercado. Es sí, Pablo Ortells hizo un trabajo brillante y trajo al líder que todos el mallorquinismo quería: Sergi Darder.
El de Artá fue el fichaje estrella de este mercado. Era un golpe sobre la mesa del conjunto bermellón, con intenciones muy claras de cara a la temporada. Eso sí, Darder no ha podido hacer pretemporada y no ha demostrado la jerarquía a la que nos tiene acostumbrado.
Si bien es cierto que sus salidas desde el banquillo han sido una gran muestra de lo que puede llegar a hacer, dando ya asistencias que valen puntos y revolucionando a los suyos, la falta de pretemporada, y unas ligeras molestias en la espalda, se han notado mucho en el mallorquín. A esto, se suma una situación muy difícil, que él mismo explicó tras tomar la decisión de dejar el Espanyol, el club del que ha sido capitán durante tantos años.
Tal vez, el parón de selecciones le haya dado el descanso físico y mental que necesitaba para recargar las pilas. El Mago de Artá se encuentra ante el que puede ser su mejor truco, con las pilas recargadas, devolver al Mallorca a su mejor versión. Y lo puede hacer en un calendario de lo más peligroso.