El inicio liguero del Mallorca ha tenido más sombras que luces. Con un punto de 12 posibles, la ilusión que había antes de arrancar ha ido disminuyendo progresivamente mediante el paso de los partidos, encuentros en los que la gente no ha visto al Mallorca de la temporada pasada. Pocas ideas en campo rival, falta de puntería y una defensa que, a pesar de mejorar en el último partido, no transmite la misma seguridad que el año pasado -esto agravado por la lesión de Raíllo-. Pero igual que hay sombras, también hay luces. Hay una que lleva concretamente el nombre de un jugador: Samú Costa.

Tenemos claro que la gran mayoría de focos durante este mercado de fichajes han apuntado a Sergi Darder y Cyle Larin, a priori las dos mejores incorporaciones del mercado tanto por nombre como por la cantidad desembolsada. Ahora bien, si tuviese que quedarme con un fichaje en estos cuatro primeros partidos, me quedo con Samú Costa. La baja de Baba dolió en el mallorquinismo, más por lo personal que por lo deportivo, por lo que el portugués tenía trabajo por delante si quería ocupar ese espacio. 198 minutos después, podemos decir que va por buen camino.

El nombre de Samú Costa sonó en mercados anteriores, Ortells le quería y ahora sabemos por qué. En los menos de 200 minutos que lleva ha demostrado un poderío físico tremendo, ha dejado acciones sobre todo defensivas de calidad y ha sabido brillar en un centro del campo bermellón falto de ideas. Y es que su buen hacer no ha sido solo sin balón, sino que está siendo de los jugadores que más pelota acapara en este inicio de temporada. De hecho, si nos vamos a los números, según Fotmob es el futbolista bermellón que más pases precisos da por partido (36,8). Teniendo en cuenta que a él se le veía más como un pivote destructor, esto supone una gran noticia.

Foto: RCD Mallorca

Aun así, lo que más ha calado entre la afición mallorquinista es su actitud. En equipos como el de Aguirre esto es un atributo fundamental y al portugués le sobra. El no dar un balón por perdido o el ir al suelo cuando otros apartan la pierna ayuda a que la gente se contagie, que anime al equipo a seguir, a ir arriba. Al Mallorca le cuesta generar peligro, crea pocas ocasiones -Samú es uno de los que ha metido gol-, por lo que acciones defensivas de ese tipo son muy necesarias. Un simple despeje -el segundo del equipo que más promedia con 2,7- puede animar a la grada.

Después del último partido contra el Athletic, en el que jugó los 90 minutos, muchos aficionados ya le colocan como titular indiscutible para lo que viene. Omar Mascarell ha sido el jugador que ha ocupado la posición de pivote en las primeras jornadas, pero parece que en esa batalla particular es Samú el que va tomando la delantera. Aguirre confió en el portugués este domingo por primera vez y no defraudó.

Ahora el Mallorca tiene un parón de selecciones para seguir trabajando y, a la vuelta, tratar de revertir su situación, ya que el inicio ha estado lejos de lo que todos esperaban. Algunos de los fichajes siguen en proceso de adaptación, pero este no parece el caso para Samú Costa, que, si continúa jugando igual que en los minutos que ha tenido, podría ser clave en la temporada venidera. Su llegada no fue tan mediática como la de otros, pero con su juego y carácter ha conseguido que su nombre esté en boca de todos. Por ello, si tenemos que quedarnos con lo bueno de este inicio, hablemos de Samú Costa.