Serdi Darder es el fichaje que más ilusión ha despertado entre la afición del Real Mallorca en la última década. La llegada del centrocampista mallorquín es un claro paso adelante de la entidad bermellona, convirtiéndose en el fichaje más caro de la historia del club. Este sábado el Mallorca juega ante el Granada la tercera jornada de Liga, y el vestuario balear ya quiere sumar de tres. Darder, en MARCA, habla sobre cómo está viviendo estas primeras semanas y cómo es tener a Abdón Prats -amigo íntimo- de compañero.

Dos jornadas, un empate y una derrota. «Todos los inicios son raros. Las primeras jornadas suelen ser peculiares. En el primer partido merecimos ganar; el otro día, en casa, no estuvimos a nuestro nivel. Aún así, el Villarreal tuvo que marcar a balón parado porque no hubo grandes ocasiones. Hay mucho margen de mejora, la predisposición es máxima y la base que hay del año pasado es espectacular«.

Partido complicado en Granada. «Conozco a varios jugadores, el año pasado no perdieron ningún partido en su campo. El otro día perdieron sin merecerlo porque tuvieron varias ocasiones para poder ganar, pero en Primera división todos los partidos son muy igualados. A nosotros nos está costando meter las que tenemos para sumar los tres puntos, porque no somos un equipo de resultados amplios ni para bien ni para mal. Tenemos que aprovechar las que tengamos, y cerrarnos bien atrás. Eso último es lo que ha dado de comer al equipo«.

Apostar por el Real Mallorca. «Son muchas cosas. Ver cómo está creciendo el club en los últimos años, cómo el club baja a Segunda B, que parecía que era el fin del mundo, pero ayuda a asentar unas bases muy importantes. El club está en el mejor momento para crecer, por muchos aspectos: las obras en el estadio, los fichajes, la temporada pasada terminando en el top 10. Para mí también se incluía el hecho de volver a casa, que tenía muy claro que quería jugar aquí antes de retirarme. Y poder hacerlo en mi mejor momento era lo ideal».

El tándem Darder-Abdón, el que más ilusión desprende en Artà. «Es raro ver cómo dos jugadores de un mismo pueblo están en Primera división. Artà es un pueblo pequeño, en pocos sitios pasa esto. Además, Mallorca no es muy grande, y que dos del mismo pueblo coincidamos en Primera es un orgullo. Para mí es un sueño jugar con Abdón, es algo que siempre lo hablábamos. Con él, durante las últimas semanas, hablé mucho. Cuando sale la posibilidad de venir se lo comento enseguida y él hace su trabajo de apretarme. Somos amigos y no me ha querido mentir, me ha dicho la realidad del proyecto y es lo que me estoy encontrando. No me ha soltado desde que he llegado. Tener un amigo así en el vestuario hace mucho«.