Trabaja prácticamente en la sombra. Habla poco y cuando lo hace, dice palabras vacías. Pero ha logrado un éxito. Su éxito. La ilusión. La ilusión de todos los mallorquinistas que ansían que empiece ya la siguiente temporada.

Porque saben que un año más, significa que el Mallorca está más cerca de aquel equipo que celebró títulos y su final europea. Pablo Ortells es quizás una estrella alérgica a los focos como Javier Aguirre al fútbol ofensivo. Quizás ninguno sabe hacer otra cosa. Quizás nadie sabe cambiar su forma de ser como tampoco nadie quiere asumir sus errores.