Calma. El Mallorca, ahora de manera matemática, será equipo de Primera División la temporada que viene. ¿Qué significa eso? Los cuatro partidos que quedan cada uno los puede tomar como quiera. Algunos piensan que estos encuentros son un trámite, otros sueñan con Europa… aun así, lo que es seguro es que, pase lo que pase, el Mallorca está salvado. Hoy, el Mallorca visita al Almería, un equipo que precisamente preferiría estar en la situación del rival. Tan solo dos puntos les separan del descenso y esta tarde quieren dar un gran paso en su casa.

«Efectivamente a través de la IA y otros cálculos se demostró que ya no hay posibilidad de descender», decía Javier Aguirre en rueda de prensa. Por fin, el técnico mexicano, que aún se muestra cauto a pesar de que las matemáticas muestren lo contrario, puede estar tranquilo. Después de años en los que todo se decidía en el último momento para el Mallorca, ya sean ascensos, descensos o permanencias, ahora se puede respirar tranquilos. Obviando a los aficionados con  mentalidad similar a la del entrenador bermellón, el ambiente en Mallorca es de tener los deberes hechos, aunque todavía se quiere competir. Eso es innegociable.

A pesar de que el trabajo esté hecho y el ambiente sea calmado, nadie quiere perder. A nadie le gusta. Además, habiendo asegurado la permanencia, toca empezar la liga de los derechos televisivos. Todo influye en la planificación de la temporada que viene. Un punto más o un punto menos pueden marcar una diferencia de miles de euros en el balance de final de temporada del Mallorca, por lo que, en palabras del ‘Vasco’ Aguirre, «cuanto más arriba, mejor».

Por la posición actual, la realidad es que el Mallorca se ha ganado el tener opciones de ir a Conference League a falta de cuatro jornadas, por lo que algunos bermellones ya piensan en una escapada europea la temporada que viene. Quien no sufre, es porque no quiere. Javier Aguirre es fiel defensor de que hay que competir hasta el final, por lo que, si las cosas empiezan a salir bien y se suman buenos resultados -sobre todo ante Almería y Valencia-, Europa podría ponerse a tiro. Muchos piensan incluso en una jornada 38 en Son Moix jugándose entrar en esas posiciones.

El caso del Almería es completamente opuesto. En casa son un equipo muy fuerte -el décimo mejor local-, pero cuando salen cambian de manera completa su dinámica. Los siete puntos cosechados como visitante les sitúa como el segundo peor, solo por delante del Elche. Es por ello que parecen haber confiado la permanencia en los dos partidos que disputarán en casa: Mallorca y Valladolid. El primero, contra un Mallorca salvado. El segundo, un duelo directo que bien podría decidir un descenso. De esta forma, el encuentro que tendrá lugar en unas horas se antoja crucial para ellos.

Aun así, el ganar mañana no se antoja fácil. El Mallorca visita Almería con mucha gente en la enfermería y con lo justo y necesario, en defensa sobre todo. Jugadores como Augustinsson, Nastasic, Galarreta, Antonio Raíllo o Jaume Costa no estarán. Además, otro que se ha unido recientemente a esta lista es Manu Morlanes, quien, después de aprovechar muy buen las oportunidades que tuvo, se había convertido en uno de los mediocentros titulares. Por otro lado, quien sí viajará es Gio González, quien no había participado en los últimos partidos por lesión.

El Mallorca se puede permitir soñar pero con la mente calmada. «Ellos se están jugando la vida, pero nosotros también: premios, dineros, etc. Defendemos una institución», afirmaba Aguirre. La seña de identidad de este equipo ha sido la competitividad, jugasen bien o mal, algo que no se quiere perder en este último tramo de temporada. Toca acabar de la mejor manera y para el aficionado, disfrutar, sobre todo disfrutar, de un equipo que ha hecho una grandísima temporada.