Siete puntos separan al Mallorca del descenso, seis realmente pues los bermellones tienen el golaverage perdido ante el Espanyol, a falta de 10 jornadas. 34 puntos en 28 encuentros es la cifra de puntos que ha conseguido Javier Aguirre, pero nada es suficiente.
El Mallorca de Vicente Moreno descendió, hace tres años, con 33 puntos. Y, el pasado curso, para superar las 34 unidades jugaron 37 partidos, pues solo cuando el equipo ganó ante el Rayo Vallecano consiguió 36 puntos, pero como he dicho anteriormente, nada es suficiente.
Nada es suficiente porque se sigue cuestionando la labor de Javier Aguirre, más incluso que la acción del director deportivo, que alguna parte de error tendrá, digo yo. Pero es más sencillo y útil culpar al área técnica, como siempre.
Entre comunidades mallorquinistas se habla que los entrenadores recientemente destituidos, Pacheta y Diego Martínez, del Valladolid y Espanyol respectivamente, serían buenos reemplazos del entrenador mexicano, pero nadie entiende que el único de los tres preparadores que no ha sido despedido ha sido el suyo.
Nadie ni nada puede negar que el Mallorca atraviesa por un bache de resultados. En los últimos seis encuentros ha sido incapaz de vencer a sus rivales, ni al todopoderoso colista sentenciado, 0-1 perdieron los bermellones, pero lo evidente carece de rigor al contemplar lo real. Y lo real es que el equipo mantiene el tipo ante el descenso más abierto desde el descenso del Deportivo de la Coruña gracias a la magnífica actuación de Aritz Aduriz.
Lo peor que existe en esta vida es un vendedor de ilusión y si lo veis, huid sin miramientos. Porque os tratará de embaucar sin compasión de vosotros con el único fin de aumentar su riqueza ya sea monetaria o anímica a cambio de reducir la vuestra. Claro que es necesario sentir ilusión, pero solo en el momento preciso porque si vives constantemente ilusionado jamás sentirás la verdadera ilusión porque serás incapaz de verla. Y eso mismo es lo que está sucediendo esta temporada entre los influencers mediáticos del mallorquinismo: han vendido la ilusión de pelear por alcanzar puestos europeos sin dar el primer paso.
Ni hubo ni hay nada todavía conseguido. La salvación está más cerca que el año pasado y ese, por ahora, es un gran logro. El buen hacer de la primera vuelta otorga de margen suficiente al Mallorca para conseguir la salvación, pero nada está hecho y, si se logra, nada será suficiente porque volverán otra vez los vendedores de ilusiones.