Ser del Mallorca conlleva saber sufrir hasta el final. Tras dos victorias consecutivas, los bermellones se posicionan diez puntos por encima del descenso y a siete de zonas europeas. Pese a ello, ni la afición ni el equipo dan nada por hecho hasta que las matemáticas digan lo contrario. El conjunto insular visita hoy el Cívitas Metropolitano con el objetivo de amarrar la permanencia y romper la buena racha del Atlético de Madrid en casa (G6, E1). El Vasco Aguirre asegura que va a ser un partido duro y que saldrá con un equipo con ganas de correr.

La última vez que los rojiblancos consiguieron doblegar al Mallorca fue en la temporada 19-20, año en el que el club de la isla descendió a la división de plata. Tras resurgir de entre los muertos, los bermellones han salido victoriosos en los tres últimos enfrentamientos, dando un golpe encima de la mesa y dejando claro que se pueden codear con los de la zona alta. Aún así, con 60 puntos y una plaza casi garantizada en la próxima edición de la Champions League, los colchoneros parten como favoritos del choque.

El equipo de Javier Aguirre llega al encuentro con la moral muy alta tras vencer a domicilio al Celta y pasar por encima del Getafe en Son Moix. Kang-In Lee y Vedat Muriqi serán los encargados de poner a prueba la férrea defensa rojiblanca, ardua tarea ya que es el segundo equipo menos goleado de LaLiga. Los de Simeone, hasta esta última jornada, llevaban 14 jornadas sin conocer la derrota. Su visita al Camp Nou fue el fin de una racha que intentarán reanudar de la mano de su líder, Antoine Griezmann.

El protagonismo de la previa se lo lleva la enfermería. Los dos conjuntos se quedan sin camillas tras varias bajas de última hora. Por parte del RCD Mallorca, Antonio Raíllo e Íñigo Ruiz de Galarreta serán baja por acumulación de tarjetas; Ludwig Augustinsson y Gio González por lesión, y Clement Grenier por decisión técnica. En cuanto a los colchoneros, estarán ausentes Reinildo, Memphis Depay, Savić, Marcos Llorente y la baja más sensible, Jan Oblak.

El pescado está vendido. Ambos equipos tienen los deberes hechos, pero la experiencia hace que el «partido a partido» siga siendo el lema a seguir, al menos hasta que las matemáticas digan lo contrario.