La vida es una sonrisa. Es esfuerzo. Es alegría. Es voluntad. Un beso. O un abrazo. Como el de Tino Kadewere con Clement Grenier. Gestos donde las palabras sobran. Porque, parafraseando a Tuson, valen más que mil palabras.
Ir a celebrar su primer gol en La Liga con todo el grupo y alejarse de la egolatría es hoy en día un milagro. Tino formó una piña, se abrazó a Muriqi y se fue a buscar a Grenier. Este gesto habla de lo que es la vida, pero habla todavía más de lo que debe ser una persona. Porque Tino Kadewere sí es un ejemplo para los más pequeños, como también lo es el kosovar Vedat Muriqi.
Tino creció en Zimbabue, al sur de África. En un país donde la riqueza material escasea y donde los deportistas exitosos suceden a cuentagotas. Kadewere empezó a entrenar en la academia de su padre y pronto destacó. Lo captó un ojeador de una academia africana. Primero lo llevó a Sudáfrica y más tarde a Europa, donde hizo una prueba para el Djurgarden sueco y otra para el Sochaux francés.
Tino escogió Suecia. Debutó con un error que dejó a los suyos sin victoria. Pero se zafó y marcó 18 goles y dio 9 asistencias en sus 60 encuentros. Sus números llamaron la atención del Le Havre francés, donde consiguió 27 tantos y repartió 9 asistencias en 51 partidos en segunda. Y un grande del fútbol francés como el Lyon lo quiso. Y pagó 12 millones de euros por un chico que creció en un país subdesarrollado, y que con ese dinero gracias al porcentaje de formación, ayudará a que más chavales como él puedan conseguir sus sueños.
Jugadores como Juninho, el actual balón de oro Karim Benzema, Samuel Umtiti o Eric Abidal vistieron anteriormente la elástica del OL. Y Tino entró en una lista privilegiada. Debutó en la Europa League y en la Ligue 1 marcó 11 goles en dos temporadas.
Este verano llegó a Mallorca. Los bermellones pagaron medio millón por su cesión con una opción de compra de ocho millones y medio. Al arribar se lesionó. Y tuvo que pelear por recuperarse y por conseguir un puesto en un once que ya tenía nueve. Marcó en Copa del Rey, pero en liga no daba con la tecla cuando jugaba.
El sábado, ante el Villarreal, salía de inicio. Había muchas esperanzas depositadas sobre el primer jugador Zimbabuense que jugaba en la Liga Santander y que, de hecho, también se ha convertido en el primer goleador de Zimbabue en la máxima categoría española. Lo logró tras correr con corazón y con cabeza persiguiendo a quien tuviera la pelota. Seguía directrices de Javier Aguirre. Confió en el Vasco, como si de su padre se tratara, y obtuvo recompensa.
TINO TINO TINO TINO GOOOOOOOL DEL REAL CLUB DEPORTIVO MALLORCA.
— FutbolMallorca (@FutbolMallorca) February 18, 2023
Asiste Muriqi. Marca Kadewere.
⏱️ Min. 20: 1-0. pic.twitter.com/dqRJe38fUq
Presionó un balón al que pocos irían. Muriqi lo siguió. Y ambos recuperaron el esférico. Vedat vio a Tino en una mejor posición que él y le pasó el balón. Con la zurda y al primer toque colocó la pelota en el extremo más alejado de la portería. Y marcó.
En una entrevista a Isabel Pacheco para Relevo dijo: «Pese a todas las dificultades siempre intenté estar bien y eso es algo que me hizo trabajar con un esfuerzo extra. (…) Cuando vives en un gueto está lleno de caos, ruido. Siempre estaba jugando al fútbol en la calle jugando al fútbol«. En 2015 murió su padre y en 2020 su hermano: «A veces la vida es así y tienes que aceptarla. Sé que están orgullosos de mí».
Tino Kadewere sabe perfectamente de qué va la vida. Sabe que compartir es la vida misma, por eso abrió una fundación donde creció para ayudar a niños y a mayores. Sabe que pensar solo en uno mismo carece de sentido por eso, en vez de celebrar solo su primer gol, quiere compartir su alegría. Porque la vida es alegría. Y la vida de Tino Kadewere un ejemplo para todos. Sobre todo para los más pequeños.
⏯️ ¡Final del partido en Son Moix! ¡Y qué partido, amigos! ¡Victoria ????-???? del @RCD_Mallorca en casa v. Villarreal!
— FutbolMallorca (@FutbolMallorca) February 18, 2023
Doblete de Dani; y goles de Kadewere y Muriqi, ¡así da gusto! ???????? pic.twitter.com/LtgVOYZc1h