La situación del Atlético Baleares es muy dramática, y cada vez queda menos para que la temporada llegue a su fin. El equipo que ahora dirige Tato volvió a caer en PrimeraRFEF y estará una jornada más en posiciones de descenso, con tan solo 25 puntos. El Baleares, esta vez, cayó ante el Castellón en Castalia (2-1) en un partido donde se vieron las claras carencias que tiene el equipo. Los locales lograron ponerse con una diferencia importante en el marcador en un minuto, y la reacción fue inexistente. Ni Tato, ni los jugadores; nadie fue capaz de remontar el partido aún teniendo posibilidades de igualarlo. Porque con el 2-0 en el marcador, el Baleares tenía por delante casi una hora para rascar algo positivo de Castalia. Logró Dani Nieto recortar distancias, pero no fue suficiente para sumar lejos del Estadio Balear.

El contexto del Baleares es muy dramático. Y lo es por varios motivos. El principal es la incoherencia en el banquillo. Primero con Jordi Roger, con el que Ingo Volckmann y Patrick Messow tuvieron una banda ancha más que importante; luego, con Onésimo, quien tan solo estuvo seis partidos al frente del equipo. Ahora la tercera y última opción es Tato, que hasta ahora entrenaba al Santanyí en TerceraRFEF. Lo que chirría es que la plantilla podría considerarse una de las mejores de la categoría, al menos cuando repasas los nombres intuyes que hay potencial.

A todo ello, hay que sumarle un dato que llama mucho la atención: el Baleares encadena seis jornadas sin ganar, y tres seguidas perdiendo. Desde el partido ante el Nàstic de Tarragona, hace mes y medio, el equipo blanquiazul no logra un solo triunfo. Empates ante Logroñés y La Nucia; y derrotas contra Sabadell, Eldense, Cornellà y Castellón. Todo, para dejar al equipo en decimoséptima posición en el GII de PrimeraRFEF