El Real Madrid es y será el club más odiado de España durante mucho tiempo. No por el equipo en sí. Pero sí por todo lo que mueve al club blanco. Es decir, a la prensa española. Que la mayoría de medios de comunicación nacionales están y son de Madrid es tan real como la victoria de ayer del Real Mallorca. 

Y, entonces, la mayoría informan más del Real Madrid, como cualquier medio de cualquier lugar. Y, como en cualquier lugar, la mayoría de periodistas deportivos son del equipo del que informan. Obviamente, no quiere decir que todos o sean ni que muchos de ellos intenten aún así ser objetivos.

El problema radica en los generadores de opinión, actualmente conocidos en el mundo de las redes sociales como influencers. Alfredo Duro, Federico Jiménez Losantos, Juanma Rodríguez, Roberto Gómez, Melchor Ruiz… son influencers. Madridistas confesos. Salvo Roberto Gómez que, depende de dónde sople el viento, se pone una camiseta o la otra.

Escuché a Iturralde decir: «No hubo juego brusco ni violento en ningún momento». Creo que, en mi humilde opinión, el árbitro con más partidos en la historia de la primera división española, debería ser respetada. Pero no. Para los ultras que son incapaces de quitarse la camiseta cuando se ponen delante de un micrófono o en un plató de televisión o enfrente de un teclado, comunican como lo haría José Mourinho o Florentino Pérez. 

Porque denota un complejo de prepotencia asumir que la culpa nunca es mía. Siempre es de otro. Como niños pequeños que no pueden comerse la enésima golosina cada noche. Porque viven en una burbuja. La burbuja madridista donde nunca es mi responsabilidad. Es complicado dirimir qué porcentaje de error tiene Carlo Ancelotti por el planteamiento, a los jugadores por la actitud, el buen hacer defensivo del Mallorca o del innombrable y omnipotente director deportivo que, hasta hace poco veraneaba en Andratx.

Pero nadie dirige una crítica o una mirada donde están las razones del resultado final, como también lo es, la fortuna del Mallorca con el gol en propia meta de Nacho. Es mejor y más fácil echarle la culpa al árbitro, a alguien que intenta ser imparcial y que no comete ningún gran error. Que incluso, señala un penalti a favor de los blancos, único disparo a puerta en todo el partido, y perdona la expulsión de Vinicius por protestar airadamente a Hernández Hernández al descanso.

Se centran en que el equipo de Javier Aguirre realizó 29 faltas, que diez las recibió Vinicius y que fue «una encerrona». Hay quien directamente los llama «gentuza». Centran el debate en algo sin ningún recorrido. En una conspiración. Que nadie es objetivo, porque nadie ponerse en sus ojos. Y es verdad. Porque últimamente los altavoces mediáticos del Real Madrid son cada día más parecidos a partidos populistas extremistas que no ven más allá de lo que quieren ver y que, obviamente, están flanqueados por un líder Todopoderoso que sobra nombrar.

Acabo de leer hace un rato un tweet de José Antonio Abellán, que fue periodista cercano a Florentino Pérez en su asalto al poder por segunda vez, donde afirma que Vinicius «tiene tres problemas de difícil solución: tres periodistas pesebreros que esperan que algún día les dé 1.000 euros al mes, un entrenador flojo que no sabe y la falta de un Hierro o Sanchís que le expliquen qué es el Real Madrid». De hecho, en sus grabaciones que publicó El Confidencial habló claramente de colocar a periodistas concretos en un medio u otro para ganar la batalla mediática.

Es bastante significativo de cómo funciona el mundillo del Real Madrid. Lo peor es que muchos comunicadores, no me atrevo a llamarles periodistas, trabajan para el Real Madrid o en su televisión o como speakers. Entonces, ¿quién se puede fiar de los Nacho Peña, Jorge Calabrés o José Luis Sánchez de turno?

Nadie habla de que un niño de 22 años sea la estrella ofensiva del equipo, ni las continuas lesiones, ni la falta de jugadores suplentes de nivel… Solo de debates estériles para tapar las debilidades y los errores, alimentado tertulias partidistas y seguir creando odio y burbujas de aislamiento. Pero el Mallorca venció. Y poco se habla.