Con el Mallorca más cerca de Europa que del descenso, los bermellones viajaban a Cádiz con motivos para soñar. Una vez comenzado el partido, esto parecía desvanecerse rápidamente. Al Mallorca le costó entrar en el partido y no conseguían encontrarse en el terreno de juego, viéndose por debajo del marcador desde el minuto 10. Las cosas se complicaban aun más cuando el Cádiz, al borde del descanso, ponía el segundo. El partido se resumió en un «querer y no poder» de un equipo bermellón que no consiguió poner en peligro la portería de Ledesma. Así, al Mallorca post-Mundial le toca remar, ya que no recuperan las sensaciones de antes del parón.

Las visitas del Mallorca a Cádiz siempre son un suplicio. Si la temporada pasada, lo principal fue la famosa «falta previa de Baba», esta vez, el encuentro empezaba con una expulsión perdonada a Mbaye, central cadista. En el minuto 7, el jugador pisaba el talón de Aquiles de Grenier y el colegiado no mostraba ni amarilla. Desde el VAR, ninguna comunicación. Tres minutos después, se adelantaba el Cádiz en el marcador. A pesar de ello, el Mallorca no conseguía entrar en el partido, dejando una de las mitades más pobres, si no la que más, en lo que llevamos de temporada, un Mallorca que sigue sin encontrarse con las sensaciones de antes del parón del Mundial. Desconexiones en defensa, imprecisiones y sin llegar al área rival con peligro.

El tiempo avanzaba y el Cádiz parecía estar más asentado en el encuentro. Alrededor del 25, el árbitro parecía consultar al VAR un posible penalti a favor del Cádiz, pero finalmente se decretaba que el contacto de Raíllo no era suficiente. Ya en el 38, esta vez sí. De Burgos Bengoetxea no señalaba pena máxima en una mano de Valjent dentro del área. El VAR le avisaba y, previa revisión, señalaba un penalti que Álex Fernández transformaba. Con 2-0 en el marcador, el Mallorca parecía reaccionar mínimamente, teniendo su ocasión más clara tras una falta rápida de Grenier en la que Maffeo se topó con Ledesma. Aun así, los de Aguirre se marchaban por debajo y con mucho trabajo por hacer en la segunda mitad.

Para los segundos 45 minutos, el técnico bermellón introducía desde un principio a Kadewere, algo que parecía no tener demasiado efecto más allá de alguna internada por banda derecha. Por ello, minutos después daba entrada a Amath, con el Mallorca viéndose obligado a tener que ir a por un gol que les metiese en el encuentro. Nada más realizarse el cambio, Muriqi tendría un disparo que desviaba Ledesma, una de las más claras, pero el kosovar se encontraba en fuera de juego.

El intento de remontada de Aguirre no surtiría efecto, ya que el Mallorca, ni añadiendo a Ángel al ataque, tendría apenas ocasiones. De hecho, la única ocasión vendría a dos minutos del final, cuando Muriqi descargaba un buen balón en la frontal y el chut de Kadewere se marchaba rozando el palo. Con esto, el partido terminó en derrota para el Mallorca, una derrota que sigue mostrando las carencias de este Mallorca post-Mundial, además de la falta de claridad en las decisiones arbitrales. El Mallorca no perdió por el arbitraje, pero, de nuevo, tuvo algo que ver. La próxima semana, el Real Madrid visita Son Moix, por lo que será difícil sacar algo favorable, pero por intención que no sea.