El ambiente era caldeado. Después del conflicto de «las 15», la selección española femenina volvía a disputar un encuentro con algunas de las mejores jugadoras del mundo en sus casas. Patri Guijarro, Mariona Caldentey o Irene Paredes veían -o no, quien sabe- el partido desde sus sofás. Las miradas, como no podía ser de otra forma, se centraban sobre la figura del seleccionador, que tuvo que improvisar una lista de 23 con muchas caras nuevas o, al menos, inusuales. La expectación, además de por ver a la selección, era por ver lo que ocurría con el técnico, Jorge Vilda, quien tuvo que ver como sus jugadoras rendían de gran manera y conseguían un meritorio empate ante Suecia, una de las mejores selecciones del mundo.
Lo primero que se oyó desde la grada fueron pitos hacia el propio seleccionador de parte de los asistentes al encuentro -alrededor de 6.000 espectadores, un 25% de la capacidad del estadio-, tanto cuando cantaron su nombre desde la megafonía como cuando salió al terreno de juego antes de empezar el encuentro. Los aficionados mostraban de manera clara su descontento con el entrenador. Todas y cada una de las jugadoras, recibidas con aplausos.
En paralelo, llegaban imágenes del Inglaterra – Estados Unidos que se estaba disputando en Wembley. Estadio lleno, espectáculo de luces, unión entre jugadoras y aficionados y, como elemento principal, un cartel conjunto sujeto por jugadoras de ambas selecciones con un mensaje. «Protect the players», mensaje claro, conciso y contundente. El mensaje venía referido a los casos de abuso sexual y emocional hacia jugadoras estadounidenses destapados en estas últimas semanas, pero era un mensaje perfectamente aplicable a nuestra situación. Los motivos no son los mismos, por supuesto, pero el mensaje que se exhibió en Wembley ha sido una de las cosas que ha pedido la afición española hacia las jugadoras que enviaron correos a la Federación.
? Dicen que las comparaciones son odiosas.
— César Sánchez (@cesarsaancheez_) October 7, 2022
? Esto es lo que llega desde un Wembley repleto de aficionados ingleses, con espectáculo de luces… Aquí, fondos vacíos y muchos huecos. https://t.co/hIThX7ewxb
Arrancaba el partido en Córdoba y las once jugadoras que hoy vestían de rojo se enfrentaban a una situación complicada, aún más después de que, en el minuto 15, ya se viesen por debajo del marcador gracias al gol de Blomqvist. La sueca no tuvo piedad en el mano a mano contra Misa. La selección, «en construcción» en palabras del técnico español, empezaba el partido teniendo que picar piedra. Las españolas se aproximaban al área, e incluso tenían más acercamientos que las rivales a través de una insistente delantera, formada por Alba Redondo, Esther Rodríguez y Athenea del Castillo, pero sin encontrar recompensa. Los gritos de «España, España» desde la grada continuaban, pero la realidad era que el balón no parecía tener intención de entrar en la portería de las suecas. Jugadoras a vestuarios y Jorge Vilda era el primero en poner pie en las escaleras que abandonan el césped. La derrota, a pesar de que la imagen de la selección no fuese mala, no era un resultado con el que empezar la reconstrucción.
Al salir del tiempo de descanso, lo primero que veíamos era un salto de rabia de Jorge Vilda. Alba Redondo era la lanzadora de un balón que se estrellaba en la madera, siguiendo con la negación del gol español. De nuevo, insistencia e intentos de todas las maneras posibles, pero sin premio. «A por ellas, oé, a por ellas, oé», se entonaba en una grada que veía como el gol se empezaba a asomar en El Arcángel. Musovic, la portera sueca, parecía un muro incapaz de traspasar, y eso desesperaba al combinado español. Los relevos en el banquillo empezaban a sucederse, y era una de las jugadoras de refresco quien hacía finalmente el empate. Entrados en la recta final, la insistencia daba su fruto y Marta Cardona provocaba saltos de entusiasmo y alegría en el banquillo español, que celebraban su tanto como si de una eliminatoria de tratase. Estaba claro que este partido era de gran relevancia para los españoles, sobre todo para un cuerpo técnico muy cuestionado, y no tuvieron problema en mostrarlo.
Un empate ante Suecia, tercera mejor selección del mundo según el ranking FIFA, sabía bien en situaciones normales. Hoy, y para el alivio de Jorge Vilda, sabe todavía mejor. El técnico podrá coger aire después de una semana importante en relación a su puesto como seleccionador y antes de recibir a la mejor selección del mundo, Estados Unidos, el próximo martes en Pamplona. El conflicto entre «las 15» y el técnico, todo apunta a que no terminará esta semana, pero sí es cierto que el seleccionador sale más reforzado de Córdoba de lo que llegó. Ese sustento, además, no le viene nada mal, ni a él ni a una selección española que empieza su reconstrucción dejando una imagen más que aceptable.
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— Selección Española Femenina de Fútbol (@SEFutbolFem) October 7, 2022
? España y Suecia empatan en Córdoba. La @SEFutbolFem logró anotar un tanto en el segundo tiempo tras comenzar perdiendo.
????? I 1-1 #JugarLucharYGanar pic.twitter.com/gXmon9lD8m