Vedat Muriqi. Este es el nombre del verano y de lo que va de temporada en clave Mallorca. Después de que aterrizara en la isla en el mercado de invierno de la pasada campaña en calidad de cedido, su juego y derroche en el campo hicieron que la afición se enamorase a primera vista. A partir de ahí, una conexión grada-jugador que se mantiene hasta la actualidad, siendo el kosovar uno de los más coreados por los mallorquinistas. Ahora bien, Muriqi es un ídolo en Mallorca, pero también lo es en el resto de estadios a los que va, algo que puedo confirmar de primera mano después de mi visita al Estadio de Vallecas.
El pasado sábado, el Mallorca jugaba lejos de casa ante un Rayo Vallecano que había comenzado la temporada de buena manera. Fijándose en los antecedentes, parecía difícil que el conjunto de Javier Aguirre sacase algo de la capital, pero, tras un gran despliegue defensivo y una efectividad a la que no estábamos acostumbrados, sacaron tres puntos que pueden ser valiosos. Vedat Muriqi, emulando el gol que ya anotó contra el Rayo en la penúltima jornada de la 21/22, fue el encargado de subir el primer gol al marcador. Mismo minuto, misma hora exacta incluso, con un remate de cabeza tras centro desde la banda izquierda. Esta vez, eso sí, coincidió con una pañolada por parte de la afición local a Martín Presa.
Muriqi demostró, una vez más, ser un incordio para cualquier defensa. Por ello, también se convirtió en un incordio para la afición rayista, que veía como el kosovar se llevaba todos los balones que peleaba con Ciss y Catena. Muriqi anotó el primero y el Mallorca ganó, pero eso no impidió que parte de la afición del Rayo Vallecano se quedara a esperar al pirata. «Yo vengo a ver al Rayo y a Muriqi», escuché mientras esperaba a la salida de los jugadores. Bufandas del Rayo, camisetas, e incluso con algunos jugadores del Rayo esperando, pero, entre los que esperaban en frente del autobús del Mallorca, solo se repetía un nombre: Muriqi.
En mi caso, no he vivido las etapas de delanteros como Eto´o o Aduriz, no he visto un jugador del Mallorca al que aclamasen por encima de los demás como está pasando con Muriqi. No sé si fue el vídeo de «Pobre diabla» o, simplemente, su carisma dentro del juego, pero Muriqi tiene enamorados no solo a los mallorquinistas, sino a muchas más personas. Retomando lo anterior, llegó el momento. Un hombre alto, con la coleta y pelo perfecto y vestido de calle, salía por la puerta y empezaban los gritos: «Muriqi, Muriqi, Muriqi». Todos al unísono, fuesen del Rayo o del Mallorca. En un principio, el jugador fue dirección al autobús, pero poco más tarde volvió a salir, esta vez sí, directo a la valla donde esperaban los aficionados.
El pirata siendo pirata. ??☠️ pic.twitter.com/drbuX4wRCN
— FutbolMallorca (@FutbolMallorca) August 27, 2022
Allí, por supuesto, estaba parte de la Peña Meseta RCDM, la peña mallorquinista de Madrid, que tenían preparado un sombrero de pirata para dárselo a su pirata, el pirata bermelón. Muriqi, lejos de resistirse, se puso el sombrero y empezó con la ronda de fotos. Uno por uno, se fue haciendo fotos con quien se la pedía, fuese con la camiseta del Mallorca o con la del Rayo Vallecano. «Muriqi, que te tengo en el Comunio«, repetían algunos. Cualquier excusa valía para pedirle una foto.
Vedat Muriqi cambió la situación del Mallorca cuando vino en invierno de la pasada temporada y ahora, sin tanta presión, está disfrutando de lo que se ganó el año pasado en el campo. Él se ha convertido en la pieza angular de un Mallorca que depende de sus capacidades, como se lleva demostrando un tiempo. Muriqi llegó como un desconocido a la isla, incluso cuestionado por algunos, pero, ahora mismo, es un ídolo, tanto en Mallorca como en otros lugares donde juega como visitante. Se ha disparado la «Muriqimanía».