Han pasado tan solo dos semanas desde el comienzo de La Liga, dos semanas en las que, una vez más, vemos que el nivel del fútbol español es preocupante. No me refiero a nivel de jugadores, unos van, otros vienen, pero lo que se mantiene es siempre lo mismo: la polémica. No hay un partido de primera división en el que no se cuestione la actuación arbitral, a veces por un lado, a veces por el otro, y a veces, incluso, por ambos. El nivel de la que se denomina «mejor liga del mundo» por los altos cargos, de los que también hay que hablar, cada vez es menor. Por ello, hace falta un cambio en nuestro fútbol, un cambio que nos devuelva un estatus que durante tantos años tuvimos, pero que ahora indudablemente no tenemos.

Hablemos de los árbitros

El nivel arbitral español se encuentra en horas bajas. Esto es algo que se puede ver tanto a nivel nacional como internacional, cuando los españoles arbitran en partidos de competiciones europeas. Está claro que no debe ser fácil impartir justicia de manera 100% imparcial, pero hay un gran paso entre tener «fallitos» puntuales y decidir partidos, que es a lo que nos estamos acostumbrando en nuestro país.

Los árbitros se han convertido en protagonistas. Ves un partido de tu equipo y puedes desconocer el número 26 del rival, pero miras a la persona que hay pitando sobre el terreno de juego, normalmente vestido de amarillo, y sabes por su apariencia quien es. «Este nos arbitró contra X y nos pitó un penalti en contra, vamos a perder», «este nos expulsó a uno y perdimos por él». Conversaciones típicas antes de un encuentro. Al igual que conoces los goleadores del rival en el partido que perdiste, conoces el nombre del árbitro que no te pitó dos penaltis. Es preocupante, ya que la gente mira las designaciones arbitrales antes que las convocatorias. Interesa quién va a jugar y quién va a pitar, cuando solo debería importar la primera.

Por otro lado, también hay que decir algo en favor de los colegiados. Con todas las veces que el Comité Técnico de Árbitros (CTA) ha salido para explicar el funcionamiento del arbitraje, parece que ni ellos mismos saben lo que pitar. A esto le añades lo del VAR, que aún no sabemos qué se revisa y qué no, y te queda la situación actual. Este año, de nuevo, dieron una rueda de prensa encabezada por Medina Cantalejo, presidente del comité, explicando el criterio arbitral que se iba a seguir esta temporada. Adivinen. Estamos en la jornada dos y esos criterios ya no sabemos como van. El arbitraje no es que sea un desastre en los terrenos de juego, que también, sino que es algo que incluye a todo el organismo arbitral en su conjunto. Si queremos mejorar, también algo debe cambiar dentro de dicho organismo.

Hablemos de los máximos dirigentes

Anteriormente he nombrado a Medina Cantalejo, pero hay que ascender todavía más en la escala de influencia para encontrar más problemas. Ahí, en esa cumbre de poder dentro de nuestro fútbol, encontramos dos nombres propios: Javier Tebas (LaLiga) y Luis Rubiales (RFEF). Los máximos dirigentes del fútbol español se encuentran ante una situación cuanto menos curiosa. La opinión pública no está a su favor, eso es algo que ha quedado muy evidenciado en los últimos años, pero parece que tampoco quieren hacer nada para remediarlo. Javier Tebas lleva un tiempo sin protagonizar los informativos deportivos, pero Luis Rubiales lleva un verano intenso, sobre todo con el tema del fútbol femenino.

Últimamente, Luis Rubiales, junto con la Real Federación Española de Fútbol, ha sido protagonista por diversos temas. Primero fue la Eurocopa femenina, luego fue el calendario de la primera división femenina -se tuvo que recurrir al CSD- y más casos que han afectado a su imagen. El fútbol femenino, en lo que a jugadoras se refiere, avanza a pasos agigantados, pero la dirección parece ir a una velocidad más reducida. Miras a otros países y ves a las jugadoras inglesas llenando Wembley, pero pones la mirada en nuestro país y ves como las jugadoras de la selección se tienen que conformar con las 1.500 localidades de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Al fútbol femenino hay que darle visibilidad. Algunas de las jugadoras de nuestra selección han llenado el Camp Nou y han levantado una Champions, otras han sido referentes internacionalmente… yo creo que merecen más que un campo de entrenamiento.

Por otra parte, además de con el tema del fútbol femenino, la RFEF también ha sido motivo de conversación por el «caso Gayá». No hay mejor ejemplo para este artículo. Gayá, jugador del Valencia, hace unas declaraciones que, desde el punto de vista de la RFEF y, más tarde, el TAD, cuestionan el buen hacer de los árbitros. «Le tienen que avisar de un penalti clarísimo. El árbitro lo ha visto y no ha querido pitarlo». ¿Resultado? Cuatro partidos de sanción. Es preocupante que un jugador se tenga que perder los cuatro primeros partidos de su equipo por unas declaraciones así, palabras que, aunque con otra formulación, se han escuchado en muchos estadios de LaLiga después de actuaciones arbitrales cuestionables

Hablemos de las redes sociales

Por último, toca hablar de aquel lugar donde confluyen los aficionados a este deporte antes, durante y una vez acabados los partidos: las redes sociales. No siempre, afortunadamente, pero son muchas las ocasiones en las que entras, por ejemplo, a Twitter durante un partido, miras las tendencias de ese momento y, sorpresa, no son tendencia los jugadores, sino que son tendencia los mencionados anteriormente, tanto árbitros como dirigentes de las competiciones. Además, no solo hablo de simples aficionados, sino de clubes, incluso, que tienen que recurrir a comunicados oficiales pidiendo que la competición se desarrolle de manera correcta

Es curioso que, al finalizar un partido, en este caso el Mallorca-Betis, el número 3 de tendencias en España sea «González Fuertes». Hasta 29 jugadores han participado en dicho encuentro, pero del que más se habla es del árbitro. El jugador número 30, digamos. Te metes en Twitter dos horas después y, salta la sorpresa, «Gil Manzano» también está en tendencias. No puedes controlar lo que habla la gente, y menos en una red social, pero, que dos de los árbitros que han pitado sean de lo que más se habla, es indicativo de algo, y, en mi opinión, no creo que sea algo positivo.

En definitiva, el fútbol español necesita un cambio en muchos aspectos. El Real Madrid puede seguir ganando Champions y el Barça pagando 150 millones en traspasos aun estando endeudados, que el Betis no podrá inscribir a seis jugadores y el Mallorca considerará a un jugador de diez millones un gran desembolso. Queda mucho por hacer si queremos volver a ser «la mejor liga del mundo», porque está claro que, ahora mismo, no lo somos. Por ello, hay que hablar del fútbol español, de lo que podemos ser y no somos, de qué podemos hacer para volver a ser referentes a nivel mundial.