Xisco Campos seguirá ligado al RCD Mallorca. El mallorquín confirmó hace días su decisión de colgar las botas; hoy mismo, el club balear ha anunciado que será el ayudante de Julián Robles en el filial. «Desde esta temporada estaré de nuevo ligado al club. Cuando marché me dijeron que tenía las puertas abiertas para volver. Ayudaré lo que pueda poniendo mi granito de arena. Aprenderé lo máximo posible para poder cuidar al club», argumentaba Campos ante la llamada de MARCA. Y es que el ex jugador bermellón tenía muy claro que su futuro iba a estar siempre ligado al club de su vida.

Un debut por todo lo alto. El joven Xisco Campos se estrenó en Son Moix en 2004 contra el Atlético de Madrid. «Lo que significó para mí fue muchísimo. Es de esos días que no olvidaré en la vida». En el banquillo del Mallorca, un ídolo para él y para todo el mallorquinismo: Héctor Cúper. «Si me dicen: vas a debutar con un entrenador, ¿a quién prefieres? De cabeza le elijo a él. La época dorada del Mallorca con Cúper la he vivido como aficionado en el Lluís Sitjar, yendo cada domingo con la camiseta».

Su faceta goleadora con el Mallorca fue escasa y se reduce a un solo tanto. Un gol, eso sí, que corroboró un título: el de campeones de Segunda División B. «Lo que tiene el fútbol ¿verdad? Justo ese partido ni salía de titular… Luego bromeábamos porque Raíllo tampoco había metido esa temporada y justo lo hizo contra el Mirandés, en el play-off. Marcamos en los partidos más importantes», rememora Campos.

Otro de los momentos imborrables tiene que ver con el partido ante el Deportivo de La Coruña en Son Moix, el del ascenso. Una falta en campo rival que celebra como un gol más: «Sabía que ese balón no lo podía perder y me dije, ‘me tienen que matar para recuperar el balón’. Lo dejaba todo en cada jugada y en esa no hice una excepción». Y es que en eso se ha basado la carrera futbolística de Xisco Campos, en dejarlo absolutamente todo en el terreno de juego. «A pesar de tener una edad avanzada, el nivel tenía que ser el máximo para que los compañeros vieran que todos tenemos que ir al límite. Teníamos que tirar de lo colectivo». Un colectivo, indica Campos, que fue clave la temporada pasada para mantener la categoría: «El equipo creyó hasta el final. Tenemos que crecer desde esa base. Para la isla, la Primera División es un patrimonio».

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