Se acabó la temporada y también la esperanza de que el primer equipo masculino, en una carambola de resultados en la última jornada, lograra acceder a un playoff que por deméritos propios en la segunda vuelta no merecía. Última fecha en la que volvió Jordi Roger al banquillo tras la destitución de Eloy Jiménez. Tres entrenadores en una temporada. Difícil que acabara con final feliz.

Se hace complicado entender como con el presupuesto y los nombres en la plantilla, a ojos de los más expertos, equipo para luchar por el primer puesto y con el playoff como mínimo, haya quedado por detrás del Linares y fuera del playoff. El arranque de temporada fue bueno y la participación en Copa, histórica, pero el globo se fue pinchando hasta este decepcionante final. Está costando dar con una plantilla equilibrada para tener continuidad con los resultados durante toda la temporada y encontrar estabilidad en el banquillo para construir un proyecto sólido.

De las últimas seis temporadas, solo Manix, en dos cursos, empezó y finalizó la liga, saliendo campeón en ambas. Entrenador que llegó como tercer inquilino en la 17/18 logrando salvar al equipo del descenso a Tercera División, y que fue elegido para iniciar dos temporadas por los espectaculares resultados que logró a pesar de su relación tensa con propiedad y en especial con Patrick. En las cuatro temporadas restantes, el entrenador elegido para capitanear el proyecto no finalizó la liga: Ziege/Josico, De la Morena/Melgarejo/Manix, Jordi Roger/Calm, Calm/ Eloy/ Jordi Roger. Curioso que el mayor acierto en los banquillos haya sido el entrenador más alejado al perfil que gusta en la cúpula del club y que llegó casi de carambola.

Todo parece indicar que Jordi Roger volverá a ser el entrenador para la 22/23. Entrenador destituido en la 20/21 para frenar una fatal dinámica y evitar caer en la Segunda RFEF, que fue recolocado como adjunto de Patrick por la buena relación entre ambos y con la propiedad. Decisión arriesgada si los resultados no acompañan desde el principio. Los fantasmas del pasado volverían. Esperemos que en esta etapa sí tenga éxitos.

Para cerrar la temporada, el presidente, Ingo Volckmann, compareció hace unos días mediante un video en sus redes sociales, comentando que la próxima temporada lo va a volver a intentar, que se formará, otra vez, un equipo muy competitivo, con gran parte de los que estaban este año y que tienen contrato en vigor. Manifestó que va a seguir rodeándose de su gente de confianza, independientemente de lo que le llega de opiniones de socios. Socios, algunos, que preferirían una gestión más meritocrática y profesional, menos amistosa, en la que se depuren responsabilidades si no se cumplen objetivos, para no tropezar varias veces con la misma piedra. No esperes resultados diferentes si haces siempre lo mismo, dice el dicho.

Para entender el modelo de gestión actual me gusta pensar que, pese a que el presidente tiene sus empresas donde exige resultados y beneficios, el At. Baleares es su hobby, invierte dinero para gestionarlo con sus amigos e intentar ganar con ellos. Cuántos de los que somos futboleros no hemos soñado despiertos con ser ricos, comprar un equipo y colocar un par de amigos para gestionarlo al estilo football manager pero en la vida real. Ingo está cumpliendo el sueño de muchos. Jugar a tener un equipo. De momento no ha pasado de nivel. Quiere volver a intentarlo. Game over. Insert coin.