A apenas cuatro días del final de temporada, Mallorca, Cádiz y Granada están implicados en la pelea por no descender, tres equipos separados por un punto y dos de ellos dependiendo de sí mismos para mantenerse en Primera División. La situación es la que es, si el Mallorca gana, se mantiene, eso es lo principal, pero esto no será tarea fácil teniendo en cuenta su rival, el Osasuna, y los rivales de aquellos inmersos en la pelea.

En Mallorca, las sensaciones después de la derrota contra el Granada eran de equipo descendido, pero dos ídolos mallorquinistas dieron un paso al frente y cambiaron esto. Primero, Manolo Reina sacó una mano milagrosa en el minuto 96 para mantener el empate contra el Sevilla. Días después, Abdón hizo bueno ese punto con un gol en el 92 contra el Rayo Vallecano, gol que sacaba al conjunto bermellón del descenso. A partir de esto, la situación se ha dado la vuelta de manera radical, con un equipo que parece creer en la salvación y una afición que cuenta los días para desplazarse a Pamplona. Más de 400 bermellones estarán repartidos por El Sadar para apoyar al Mallorca en su último partido contra el Osasuna.

El equipo de Jagoba Arrasate parece ser el peor rival para los equipos de la parte baja. Clasificados en la novena posición, más cerca de Europa que del descenso y jugando en casa, serán un rival más que digno para un Mallorca que se sitúa como tercer peor visitante de LaLiga. El Osasuna, independientemente de los hermanamientos con el Cádiz y los guiños que están surgiendo estos días en Twitter, jugará para ganar, como cualquier club profesional de Primera División. Por ello, será tarea del Mallorca el demostrar lo que se están jugando, querer la victoria más que ellos si se quieren mantener en la máxima categoría española. Al final, esa es la mejor opción. Si el Mallorca gana, estrenará reforma con el equipo en Primera División.

Foto: RCD Mallorca

La situación del Cádiz parece, a priori, más factible. Los gaditanos visitan Mendizorroza para medirse a un Alavés ya descendido, un Alavés que además cuenta con jugadores que pasaron por las filas mallorquinistas como Tomás Pina o Ximo Navarro. 31 puntos ha sumado el equipo de Julio Velázquez en total, 25 de ellos de local, cifra que le situaría en decimocuarta posición si solo se tuviesen en cuenta los partidos de casa. Lo del domingo no será fácil como muchos presuponen, y si no basta con preguntarle al propio Alavés. Llegaron con posibilidades de salvación a su partido contra el Levante y les cayeron tres. No hay que confiar en que jugar contra un descendido sea un camino de rosas, y mucho menos tres puntos asegurados. Además, el Cádiz es el único que no depende de sí mismo, más presión aún, por lo que están obligados a sacar los tres puntos.

Del que menos se está hablando en esta pelea es del Granada. Un punto les separa del pozo, un punto que les obliga a hacer un buen papel en la visita del Espanyol a Los Cármenes. El conjunto catalán es el segundo peor visitante de la categoría, pero cuenta con jugadores suficientemente capacitados como para pelear por la victoria, incluyendo al cuarto máximo goleador de La Liga, Raúl de Tomas. Después de los buenos resultados cosechados en la era Karanka, el Granada depende de sí mismo y tendrá que finiquitar el trabajo, ya que, si Mallorca y Cádiz ganan el domingo y ellos no lo hacen, serán equipo de Segunda División.

Al final, el descenso lo decidirán los 66 jugadores que saltarán al terreno de juego el domingo a las ocho de la tarde. 33 de ellos se juegan el permanecer en Primera División la temporada que viene, se juegan la vida en 90 minutos. Mallorca y Granada dependen de sí mismos, el Cádiz está al acecho, pero queda mucho por jugarse. Las 37 jornadas anteriores ya no tienen importancia, lo único que cuenta es lo que diga el marcador una vez terminado el tiempo reglamentario.