Cuando se habla de los mejores partidos del Mallorca en los años recientes, Baba es, en gran parte de las ocasiones, uno de los jugadores siempre presentes en el once. La posición de pivote, el centrocampista más retrasado de la zaga mallorquinista, ha tenido nombre y apellidos, ya sea con Vicente Moreno o con Luis García Plaza, y ese nombre es el de Iddrisu Baba

El centrocampista ghanés ha sido el salvavidas del Mallorca en varias ocasiones, destacando la primera vuelta, en la que fue uno de los jugadores con más peso en el equipo. Se pierde un balón en el centro del campo, ahí está Baba; hay una contra rival, ahí está Baba; el contrincante encuentra a la defensa descolocada y, de nuevo, ahí está Baba. Esta era la situación hasta el mes de diciembre, último mes completo que Baba disputó antes de partir hacia la Copa África, una competición que trastocó los planes del Mallorca por completo.

Baba volvió a la isla después de que Ghana cayese inesperadamente en fase de grupos sin apenas ganar un partido, y no solo eso, sino que volvió con una lesión que le mantuvo apartado de los terrenos de juego durante varias semanas. Un jugador «imprescindible», en palabras de Luis García Plaza, del que no iba a disponer para intentar revertir la mala dinámica en la que los bermellones estaban inmergidos. Como consecuencia y sumado a la llegada de Muriqi, la formación sufrió un cambio importante, ya que el técnico madrileño optó por jugar con dos puntas, oprimiendo la posición de pivote. Ahora bien, cuando volviese, ¿sería lo mismo tener a Baba como uno de los dos mediocentros en vez de como pivote único? 

Foto: RCD Mallorca

La respuesta ahora mismo parece clara, y es negativa. La salida de lesión no ha sido la esperada y una sucesión de errores individuales demuestran que el jugador no se siente cómodo en esa posición. Anteriormente contaba con un Galarreta y un Salva Sevilla delante que le evadían de responsabilidades con el balón. En este último periodo, además de su propia función, tenía que desempeñar la de uno de los jugadores previamente mencionados. Baba ya no funcionaba solo como una «escoba», sino que ahora debía encargarse de ayudar a distribuir el juego bermellón. Dos funciones que, hasta ahora, parece no haber dominado.

Esto era la situación previa a la destitución de Luis García Plaza, ya que Baba volvió a ser convocado con su selección, con quien tampoco dejó buenas sensaciones. A pesar de ello, el Mallorca espera volver a ver al «pulpo ghanés» que se marchó en enero y que tantas alegrías ha dado. El encargado de traerlo de vuelta en este caso es Javier Aguirre, que si por algo es conocido es por recuperar a jugadores que no estaban rindiendo como se necesitaba. Así, ya sea como pivote o conformando la pareja de mediocentros, contar con el mejor Baba será fundamental para afrontar las nueve finales restantes y alcanzar el objetivo común, la salvación