La Copa del Rey tiene eso, ilusión. La Copa del Rey, además, tiene el poder de hacer soñar a los aficionados. En el caso del Mallorca, ese sueño ha terminado. Los bermellones han caído por la mínima en Vallecas, ante el Rayo Vallecano. Un solitario gol de Óscar Trejo de penalti da a los madrileños la opción de jugar unas semifinales más que ilusionantes. El equipo de Luis García Plaza gana sensaciones, eso sí. Las caras nuevas han dado un aire fresco necesario, sobre todo Vedat Muriqi, que ha cuajado un encuentro excepcional. Ahora el Mallorca debe centrarse en una final de verdad, la que tiene el sábado en Son Moix ante el Cádiz.

La primera parte del Mallorca fue digna, muy contraria a lo que hizo hace unos meses en el choque de Liga. Se vio a un equipo serio y con ganas de evolucionar. Los bermellones estrenaron formación de inicio, así como jugadores: los tres nuevos fichajes fueron titulares. Vedat Muriqi las bajó absolutamente todas y creó un tándem más que interesante con Ángel Rodríguez. Algo parecido pasó con Giovanni González y Pablo Maffeo; a veces uno era el lateral, otras el extremo y viceversa. Por último, un Sergio Rico que no tuvo nada de trabajo hasta el fatídico momento final. Y es que los primeros cuarenta y cinco minutos pasaron de manera tranquila. Incluso con el Mallorca siendo un poco superior al Rayo en varias facetas del juego.

Hubo un primer susto en clave bermellona. Un gol anulado de Ángel Rodríguez tras claro fuera de juego. Pero la intención era lo importante, el equipo se lo iba creyendo. El equipo madrileño metía más intensidad en sus llegadas, como de costumbre. La velocidad de Álvaro García, Isi y Guardiola fue clave durante todo el encuentro. Aún así, los acercamientos más peligrosos venían por el otro lado del campo. Pablo Maffeo cabeceó fuera un preciso centro de Jaume Costa. Fue la más clara hasta los minutos finales. Y es que una cabalgada de Álvaro por la izquierda provocó que Franco Russo se fuera al suelo antes de hora, cometiendo un penalti de esos que no se deben hacer por nivel y por el momento de partido. Óscar Trejo estrenaba el marcador antes de llegar al descanso. 

En la segunda parte la cosa no cambió mucho. El Rayo empezó igual de intenso, y cerca estuvo de finiquitar la eliminatoria. Centro que remata Sergi Guardiola, pero Sergio Rico saca una gran mano para evitar el segundo. Los locales estaban crecidos, e Isi lo corroboraría. Disparo lejano que se va fuera por muy poco. Pasaban los minutos y el Mallorca dio un paso adelante, en lo que se convirtió en el típico reparto de golpes. Primero fueron Kang-In Lee y Muriqi, que dieron el susto con un disparo y un cabezazo. Álvaro y Mario Suárez hicieron lo propio para los suyos.  El partido se volvió otra vez muy igualado, pero con pocas ocasiones. El Rayo, como siempre, llegaba al área rival y solo con eso ya creaba una sensación de peligro tremenda. Los bermellones, por su parte, lo siguieron intentando, pero ni Hoppe ni Muriqi consiguieron empatar. Es más, el Rayo a la contra pudo sentenciar, enviando el balón al palo. La Copa, para el Mallorca seguirá siendo eso, un sueño.

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