Si los amantes de este deporte echamos la vista atrás, uno de los recuerdos que se nos queda grabado a fuego es el de los torneos. Cuando íbamos a jugar dos o tres partidos al día contra equipos que no conocíamos o, con suerte, contra alguna cantera profesional. El griterío de los padres, la tensión de los minutos, jugársela en los penaltis… ¡sonrisas y lágrimas!
De todo ello saben de sobra Manu Chanla y Tomás Gibert, quienes ya en el organigrama del Santa Ponsa CF, tuvieron la exquisitez, hace ya cinco años, de organizar la Santa Ponsa Cup. Es el torneo de categoría benjamín y alevín por excelencia en la isla con un elenco de canteras profesionales, equipos mallorquines y peninsulares que nada tiene que envidiar a los retransmitidos por televisión.
Esta vez vuelven a repetir, pero en La Salle, con un formato clásico y una nueva categoría, juveniles, que en ocasiones dejamos olvidada en los torneos. Dos grupos de cuatro equipos y la clasificación de los dos primeros para jugar las posteriores semifinales y la gran final. Los invitados de lujo fueron e FC Barcelona y el Real Madrid C.F. que compartieron cartel con los mejores equipos de la isla.
El propio Manu Chanla nos decía lo siguiente: “hemos realizado este torneo porque, primero, no hay nada igual en la isla. Es totalmente novedoso. Nos permite disfrutar de los mejores juveniles de Mallorca y de Europa en un paso previo tan bonito como es la etapa juvenil”. No debemos olvidar que estamos en una categoría muy profesionalizada y que a muchos los veremos debutar dentro de poco en ligas profesionales.
Con todo ello, el campo de La Salle vendió unas 400 entradas y retransmitió la mayoría partidos con muy buena audiencia a través de IB3. Una acogida espectacular teniendo en cuenta la pandemia, el calor sofocante de esos días en Palma y que los partidos se podían ver desde Internet.
Me gustaría destacar el nivel que mostraron los equipos mallorquines. Es evidente que nuestras islas son una fuente constante de jugadores con aptitudes magníficas para el fútbol (gracias a todos los equipos y formadores). Todos los equipos rindieron a un nivel superlativo. El RCD Mallorca se llevó esta primera edición sin perder ningún partido. Tampoco perdió ningún partido el Atlético Baleares, que se apeó de la competición en semifinales. “El nivel de la isla es fantástico. Este torneo es una plataforma para que se muestre que hay una base sólida de jugadores y equipos en la isla”, nos comentaba Manu Chanla.
Copa La Salle y Santa Ponsa Cup ya son dos de los torneos más importantes de las islas y están para quedarse, según uno de los directores del torneo: “la experiencia ha sido magnifica y los equipos, por lo que nos comentan, se han ido encantados. Nuestra intención es volver a realizar otra edición y poder invitar a más canteras profesionales. Queremos un torneo de referencia de categoría juvenil. También esperamos que Barcelona y Real Madrid repitan”. Sobre la diferencia entre ambos torneos, nos decía: “parecen que son iguales en cuanto a formato, estructura y organización, pero no tienen nada que ver. La Santa Ponsa Cup está orientada a benjamines y alevines y las exigencias no son tan altas como con las canteras profesionales. En juveniles es otra dimensión más profesional y estamos encantados de poder llevarlo a cabo. Por otra parte, en la Copa La Salle no contamos con ningún tipo de ayuda por parte del Ajuntament de Palma ni del Govern”. Esperemos que las ayudas lleguen para las ediciones posteriores.
En definitiva, un nuevo torneo, en una categoría muy atractiva, con gran aceptación en el fútbol mallorquín y con una iniciativa que cuesta esfuerzo, sacrificio y dinero. Reinventarse o morir.