Entre otros muchos imágenes, los Juegos Olímpicos nos dejó marcada la actuación de Simon Biles, cuatro veces campeona mundial de suelo, en la que no pudo salir a competir por la presión competitiva. Así, se abrió un debate (innecesario) sobre la presión en los deportistas de élite y sobre el papel que juegan los psicólogos deportivos.

En el fútbol su presencia es cada vez más alta y no solo en equipos amateurs, semiprofesionales y profesionales. También en el fútbol base. Nos puede parecer extraño que un jugador de primer o segundo año amateur, con una motivación tan grande, pueda requerir la ayuda del psicólogo deportivo. Respecto a esto, Alfred Pastor, psicólogo deportivo nos dice lo siguiente: «Nuestra figura puede dar ese punto necesario para ayudar a crecer al jugador y así poder mejorar el rendimiento del equipo. Si se quiere mejorar en todos los aspectos, el psicológico también se debe trabajar ya que es tan importante como otras facetas. Es un paso más hacia la profesionalización de nuestro deporte a todos los niveles».

Algunos clubes no profesionales ya han empezado a introducir el papel del psicólogo deportivo en las primeras etapas de formación, un hecho impensable hace una década. Alfred Pastor lo tiene claro en este sentido: «Es muy importante en las primeras etapas del futbolista ya que conoce la parte táctica, técnica y física pero no puede dejar de lado la parte psicológica. Es esencial integrar el trabajo psicológico para que cuando lleguen a la etapa cadete y juvenil el jugador ya tenga una serie de pautas del trabajo psicológico a su rutina, al igual que ya ha incorporado las físicas, técnicas y tácticas». 

Al igual que en el fútbol, en el mundo del psicólogo deportivo hay una especialización en tres ramas; deportistas de alto rendimiento, fútbol amateur o fútbol base. Pero las variables psicológicas son las mismas: confianza, motivación, comunicación, activación y fracaso. «En el fútbol profesional hay algún factor más a tener en cuenta como es el público, la prensa o la presión de las familias. A nivel amateur lo ven a nivel de hobby, mientras que a nivel profesional es su trabajo. De ello viven. Pero las variables son las mismas, solo debemos adaptarnos al contexto», nos dice Pastor.

Aunque el trato de la salud mental se ha puesto muy de moda, todavía queda camino para visibilizar el trabajo que hacen para con nuestros jugadores a cualquier edad. La charla con Alfred Pastor acaba de manera contundente: «Falta que los clubes sepan lo que hacemos. No vamos a tumbar en un diván a los jugadores para que nos cuenten sus problemas. Vamos más allá».

*Alfred Pastor es psicólogo deportivo. Estas últimas temporadas ha estado ligado al Torrent C.F. además de a diversos proyectos deportivos.