Los locales fueron superiores, tuvieron ocasiones para ganar y merecieron la victoria pero perdonaron en exceso y cayeron en la prórroga tras igualar un 0-2 en contra. Estrellaron dos balones en los palos y Dídac salvó a su equipo durante el partido. Otra vez la falta de acierto se ceba con el Palma Futsal, que tendrá que ganar en Barcelona para forzar el tercer partido y tener opciones de alcanzar la final.

El deporte no va de mercer, va de ganar. Y cuando el portero rival es el mejor del partido quiere decir que haces muchas cosas bien y que solo falta el golpe final, el gol, lo más importante en el fútbol sala. Y cuando no marcas, te condena. Y da igual todo lo demás. El Palma Futsal lo hizo todo para ganar. Tuvo ocasiones, fue valiente, dominó al Barça pero le faltó acierto. Los palos y Dídac -el portero rival fue el mejor el partido- evitaron la victoria balear, muy merecida por lo visto en la pista. En cambio, el Barça no perdonó. Ni en el partido, ni en la prórroga, una vez que el Palma consiguió fozar el tiempo extra en los últimos minutos del partido. Porque el conjunto local fue perdiendo 0-2 en el marcador. Los goles de Raúl Campos y Vilela forzaron la prórroga. Un partido que tuvo que terminar antes por mérito mallorquín y que, finalmente, no llegó ni a la tanda de penaltis. Un cohete de Aicardo en el 44′ -a falta de dos minutos para llegar al final de la prórroga- ponía el 2-3 definitivo en  Son Moi.

El miércoles Palma Futsal necesitará ganar en el Palau braugana para no quedar eliminado del play-off por el título liguero. El Barça tiene ahora el factor cancha a su favor, algo que suele ser determinante en estos partidos. Los mallorquines, para pasar a la final, deberán ganar los dos próximos partidos ante los culés: el primero, el miércoles; si todo va bien, el segundo, el sábado.