Último partido de liga del Atlético Baleares antes del parón navideño que finalizó en derrota frente a un muy meritorio Poblense.

Jordi Roger sorprendió con un once en el que solo un medio centro puro fue de la partida, Alfonso, acompañado en la medular de Luca Ferrone, habitual lateral derecho. Además, colocó a Baselga en una banda desplazándole de la punta de ataque donde se encuentra más comodo. Un once inicial extraño que no funcionó. Fue ya con el 1-3 en contra en el minuto 50 en el que el entrenador blanquiazul se decidió a arreglar el desaguisado con un doble cambio, dando entrada de Barrera y Haro por Acosta y Baselga, lo que permitió devolver a Ferrone al lateral y ganar en control de juego y calidad con un once mucho más equilibrado y con sentido.

Poco después se produjo otro cambio, la entrada de Pichín por Fito, el madrileño fue un puñal por la banda, ganó la espalda a la defensa poblera en varias ocasiones y aportó un desequilibrio que el equipo no mostró antes. Pese a que el Baleares logró recortar distancias la derrota se acabó consumando. Me cuesta comprender el once inicial y me surgen muchas preguntas para el mister…

Si Barrera, Haro y Pichín estaban para jugar, ¿no tiene más sentido salir con el mejor equipo disponible para jugar bien y ponerte por delante para dar descanso en la segunda parte? ¿Se confío Jordi Roger pensando que con Ferrone de «organizador» y sin profundidad en las bandas le daba para batir al Poblense? ¿Por qué tras 8 jornadas de mal juego y malos resultados insiste en su apuesta de despoblar el centro del campo y acumular delanteros? ¿Por qué no hay autocrítica ni análisis de las causas de las derrotas en ruedas de prensa? Ayer llegó a decir que el Poblense había hecho tres goles de la nada… tres ni más ni menos.

Cristian Pérez, jugador del Atlético Baleares, durante el derbi mallorquín en el Estadio Balear. Foto: Toni Ferrero.

La impotencia y el nerviosismo crece entre la afición balearica que tras dos temporadas en las que se ganó la liga y se rozó la gloria del ascenso ve como esta temporada el ascenso a Segunda es ya una utopía y que se complica semana tras semana la clasificación directa a la Segunda B Pro. A solo un partido de acabar la primera vuelta el Baleares está solo un punto por encima del Poblense, equipo recién ascendido y con un presupuesto, ni que decir cabe, muy inferior al de los palmesanos. Parece que la dirección deportiva no duda de la continuidad del entrenador, y ciertamente es complicado encontrar un entrenador a media temporada que asegure resultados a corto plazo, pero parece claro que hay que cambiar algo, pasan las jornadas y el tiempo se agota… tic, tac.