En el último partido de un 2020 que nos ha traído un descenso y una pandemia, Luis García Plaza sacó a sus mejores jugadores con la excepción de Valjent, que se cayó a última hora de la lista por unas molestias en la rodilla. Reina; Cufré, Raíllo, Russo, Sastre; Salva, Febas, De Galarreta; Amath, Mboula, Abdón; estos fueron los elegidos para buscar la última victoria de este año ante el Fuenlabrada.

“El último partido de 2020” era uno de los titulares del partido, y como cualquier cosa que incluya 2020 implica malas noticias este encuentro no fue una excepción. La primera llegó en forma de gol en contra después de un inicio en el que ambos equipos se mostraron ambiciosos, antes del 10’ de la primera parte tras una falta escorada que Reina no pudo blocar Pulido aprovechó el rechace para hacer el primero de la tarde. El Mallorca reaccionó bien y en cuestión de tres minutos parecía haber igualado la contienda, y digo parecía porque el gol de Abdón fue anulado por una mano de Raíllo que el VAR no confirmó y que sólo vio el colegiado, segunda mala noticia.

Viendo cómo avanzaba el partido los muchachos de LGP se arremangaban para revertir la situación, y después de una eterna revisión de VAR para “confirmar” que Raíllo había tocado ese balón con la mano, se lanzaron al ataque y Cufré, tras una buena jugada de Galarreta, aprovechó un rechace para mandar el balón a guardar, empate y a seguir. El argentino siguió siendo protagonista, aunque esta vez para mal, en el 25’ veía la primera cartulina amarilla para solamente seis minutos después ver la segunda y dirigirse a los vestuarios tras rebañarle el balón, sí, el balón, a uno de los extremos del conjunto del sur de Madrid, tercera mala noticia.

En esa misma falta, Iván Salvador, tras un desvío de Amath que estaba en la barrera, le pegó raso y entre una muchedumbre de jugadores que dificultaban la visión de Reina el balón terminó en el fondo de las mallas, 1-2 para los de azul, cuarta mala noticia. El Mallorca rezaba para que se terminara la primera parte, deseo que no cumpliría el 4º árbitro cuando añadió seis minutos a la contienda. Esos seis minutos dieron para que el Mallorca se echara arriba a buscar el empate. En una de esas, el Fuenlabrada enlazaba una buena jugada que el Mallorca interrumpiría con falta. A menos de dos minutos de que finalizara la primera mitad, el Fuenla se disponía a lanzar el libre directo, pero Raíllo y el árbitro tenían otros planes. Después de unas collejas a un rival el káiser del Mallorca veía una amarilla que protestó ostensiblemente, el árbitro, que hoy estaba sensible, le mandó a la calle y dejó a los bermellones con 9 a los vestuarios, quinta mala noticia.

Luis García Plaza dio entrada a Oliván y a Sedlar para paliar las expulsiones sufridas al final del primer tiempo. También entraba Antonio Sánchez por Mboula, que tenía amarilla y visto el panorama y el criterio arbitral LGP se quiso asegurar de no ver otra roja que le dejara con ocho en el verde. Después de un inicio de segundo tiempo en el que el Fuenlabrada buscó el tercero, una falta centrada y lejana le dio crédito a la pizarra de LGP y terminó con un gol de Abdón que subía la moral de los baleares. El Fuenlabrada se lanzó al ataque y el Mallorca aguantaba las embestidas de los visitantes, hasta que después de una falta que Manolo despejó con el puño, Damián, que acababa de ingresar en el partido, enganchó una buena volea que se coló en la portería de Reina, sexta y última mala noticia.

A partir de ahí, el Fuenlabrada buscó controlar el partido. El líder tenía otro plan, entró Baba para tapar agujeros. Después de unos minutos en los que no pasó nada Abdón prolongó un saque de banda que terminaría por estrellarse en el larguero tras un remate de Antonio Sánchez, cuando las cosas no salen, no salen. Más adelante y después de varios ataques del conjunto visitante, Abdón, que fue el mejor, a punto estuvo de lograr un doblete tras un gran pase atrás de Oliván, pero su remate, bastante centrado, se encontró con Belman. De perdidos al río, Luis García dio entrada a Álex Alegría para buscar el empate. El cambio no fructificó y a punto estuvo de sentenciar el Fuenlabrada.

El Mallorca murió de pie y en el área contraria tras luchar contra viento, marea, y cierto individuo que iba vestido de amarillo. Este es el camino de un líder que cierra el 2020 con una imagen de equipo sólido y que con dos menos fue capaz de generar, si no más, tanto peligro como el equipo rival en un partido marcado por unas decisiones arbitrales que lastraron a los locales. En Barcelona y Madrid estarán contentos, hoy no hablarán del árbitro, en mayo ya veremos, depende de como acabe esto. A todos nuestros lectores, felices y mallorquinistas fiestas, SALUT!