El RCD Mallorca visitó Miranda de Ebro para medirse al CD Mirandés en lo que fue el encuentro correspondiente a la sexta jornada de campeonato en la Liga Smartbank. El duelo se saldó con un empate sin goles (0-0) que deja al conjunto de Luis García Plaza con once puntos, a sólo dos del liderato.
Otra alineación inédita, y ya no es noticia. Amath Ndiaye debutó como titular en la punta de lanza, y junto al africano, Braian Cufré y Lago Junior hicieron lo propio para formar la parcela ofensiva de la escuadra visitante. Franco Russo, que volvió a ser uno de los hombres del partido, formó pareja con Antonio Raíllo por segunda semana consecutiva tras el lío de Martin Valjent y las cuarentenas pertinentes.
Con una marcha más y con el gol entre ceja y ceja, así saltó al césped de Anduva un Mallorca que a los pocos minutos ya había gozado de un par de ocasiones de gol, sobre todo en las botas de un Ndiaye que, desde luego, no tuvo un debut soñado. El Mirandés tardó poco en despertar y puso en problemas a su rival con transiciones defensa-ataque de mucha velocidad en las botas de Jirka, Schutte y compañía. La parte más negativa del primer acto fue la cantidad de tarjetas con las que el Mallorca encaró el túnel de vestuarios. A posteriori, dicha acumulación de amonestaciones le costaría a Joan Sastre la expulsión a falta de quince minutos para el final.
Los segundos 45 minutos tuvieron un ritmo mucho más bajo. Luis García movió ficha e hizo debutar a Marc Cardona, que ingresó en el terreno de juego de la mano con Aleix Febas para dar aire fresco a un Mallorca que necesitaba algo de inspiración. Y no llegaron ni la inspiración ni los goles, ya que la recta final del partido fue un acto de resistencia para conservar un resultado que hace tres años le dio a la entidad balear la vuelta al fútbol profesional.
Si no ganas, por lo menos no pierdas: el Mallorca acaba sumando un punto importante que le permite enlazar ya cinco semanas sin perder, sin haber recibido un sólo gol en dicho periodo de tiempo. Pensar desde ya en la visita del Albacete a Son Moix es en lo que tiene que pensar ya un equipo que sigue sumando semana a semana. Una tarde agridulce que, por lo menos, permite seguir mirando a la zona de ascenso directo bien de cerca.