La guerra de los Balcanes empezó en 1991, pero en medio de toda la penumbra y la desgracia que cualquier guerra abre a su paso, siempre hay historias que vale la pena contar. También en 1991 nació Ante Budimir, en Zenika, la antigua Yugoslavia. En medio del humo y los tiros que asolaban esa ciudad industrial, que ahora pertenece a Bosnia, el fútbol, sin duda la pasión colectiva más importante del mundo, hacia soñar a ‘Budi’, como ya se le conoce en la isla, pues ya no es Budimir, el desconocido delantero croata que llegó en enero de 2019 a Son Moix, ahora es ‘Budi’, el amigo de todos.
Soñar en medio de la guerra no debe ser fácil, pero no solo soñó, sino que logró su objetivo y a sus 16 años fichó por el NK Radnik, un equipo de la ciudad de Velika Gorica que competía en la segunda división a escasos kilómetros de Zagreb, la capital. Sus buenas actuaciones le valieron para empezar a viajar por el viejo continente, el LASK Linz austríaco confió en Ante para que esta fuese su primera aventura lejos de tierras croatas. No salió bien, Budimir tuvo que mirar hacia atrás para volver a coger carrerilla y fichó por el NHK de Gorica, esta vez de primera división. Sus primeros pasos en la élite del fútbol le valieron para meter más de una treintena de goles en tres temporadas. Esa treintena de goles llamó la atención de un equipo alemán, el St.Pauli, que desembolsó casi un millón de euros para hacerse con los servicios de Budimir. Su paso por el fútbol germano fue malo, por no decir pésimo, pues no fue capaz de anotar ni una sola diana después de veinte encuentros en la categoría de plata del fútbol alemán.
Todo fue mejor desde ese momento, en 2015 fue cedido al Crotone, equipo que en ese momento competía en la serie B italiana, y en esa misma campaña acumuló 16 tantos en 40 partidos, su mejor cifra hasta el momento. Fue el estandarte al que se agarró el conjunto calabrés para alcanzar la gloria y ascender a la serie A. Tras exhibir su capacidad anotadora, el cisne de los Balcanes, como lo apodaron en Crotone, despertó el interés de uno de los equipos históricos de Italia, la Unione Calcio Sampdoria. En su primera temporada en una de las ligas más exigentes de Europa las cosas no le salieron bien al ariete, no fue capaz de anotar ni un solo gol en los once partidos que disputó con el equipo genovés y tuvo que volver al Crotone, que logró sin él la permanencia. En su segunda temporada en la máxima categoría del fútbol italiano las cosas fueron un poco mejor para Budi, consiguió seis dianas en 22 partidos, una cifra bastante decente, pero que no fue suficiente para que el Crotone pudiese seguir compitiendo en la serie A. Otra vez a segunda división debió pensar el bueno de Budimir, así fue, y jugó en la serie B hasta enero, cuando el Mallorca se interesó por el y consiguió una cesión con opción de compra por el delantero balcánico.
Llegaba a la isla un delantero espigado y fino, que nada más llegar dio unas declaraciones que demostraron que conocía al equipo, que conocía la importancia del club en Mallorca y que sabía perfectamente cuál había sido el mejor delantero de la historia del club, Samuel Eto’o. Los primeros partidos no fueron fáciles para el croata, pero demostró que había llegado a Mallorca a dejarlo todo, con ese estilo de juego tan característico, pausado pero eficaz, luchador pero elegante, todo un delantero. El cisne de los Balcanes tocó el cielo con el Mallorca tras la remontada al Dépor en aquella mágica noche de San Juan de 2019, él abrió el marcador y enseñó el camino. Ni una semana después, el Mallorca efectuaba la opción de compra por ‘Budi’. Ya era uno más en la isla, “uno di noi”, como seguramente dirían en Crotone, su antigua casa.
Llegar a la primera división española, probablemente el mejor campeonato de fútbol del mundo, no fue un camino fácil para el croata, pero llegó, y de que manera… Explotó el croata como la metralla, aquella que inundó de sangre su ciudad natal durante la guerra. Explotó como una granada, sabes que lo va a hacer, pero no sabes cuándo, y después de muchos segundos de incertidumbre estalla y sorprende destrozando todo lo que hay alrededor, esa ha sido la carrera del ídolo mallorquinista, a sus 28 años ha alcanzado su mejor nivel y como ya hizo el 23 de junio de 2019, quiere enseñarle el camino a un mallorquinismo que ve como al equipo se le agotan las opciones. Budimir ha llamado la atención de equipos de primera división para la siguiente temporada, seguramente se marchará para seguir creciendo, pero lo hará después de agotar todas las opciones que le quedan al cuadro bermellón y después de dejar huella. Quedan cuatro partidos, cuatro balas, hay que ganarlo todo, no queda otra. Querido Ante, querido alquimista, querido cisne de los Balcanes, querido ‘Budi’, tu suerte será la nuestra.