El Real Mallorca de Vicente Moreno visitó el Wanda Metropolitano de Madrid para medirse al Atlético de Diego Pablo Simeone. El duelo entre rojiblancos y bermellones fue el correspondiente a la trigesimocuarta jornada de campeonato para ambas escuadras. La balanza del encuentro acabó cediendo sin sorpresas y los de casa se llevaron el gato al agua (3-0) tras los goles de Álvaro Morata (2) y Koke.
Suplir a Martin Valjent y a Ante Budimir se antojaba complicado y Vicente Moreno optó por adelantar a Takefusa Kubo para acompañar a Juan Camilo Hernández y dar entrada a Aleix Febas y Aleksandar Trajkovski en el centro del campo. Y junto a Antonio Raíllo, Sedlar para sustituir al titán eslovaco. Por su parte, Simeone no hizo experimentos y, conocedor de la importancia del duelo, alineó a sus mejores hombres con un ataque plagado de estrellas como Ferreira-Carrasco, Joao Felix, Marcos Llorente o Morata.
El partido arrancó con un Mallorca que no saltó a especular. Los de Palma ofrecieron una primera media hora más dinámica y de más variantes que un Atlético que, como ya viene siendo costumbre, se encomendó a un excelso Marcos Llorente para irrumpir en cualquier plan rival. Pero como casi siempre, sin ese punto de calidad diferencial en los últimos metros que sólo puede ofrecer Kubo de manera individual, como habitualmente. Y a la media hora, el error de siempre: la escuadra balear cometió su decimoquinto penalti del curso, esta vez por culpa de Sedlar. Y Morata, después de repetirse dicha pena máxima, no perdonó. 1-0, y a partir de ahí mucho pragmatismo por parte de los madrileños hasta lograr doblar la ventaja en el añadido de la primera mitad, tras el enésimo acto de inspiración de Llorente y la consiguiente definición del propio Morata a puerta vacía.
El Mallorca no se fue del partido en ningún momento, como casi siempre. Pero una ventaja tan grande, ante un rival de tanta entidad y en un campo en el que nadie ha podido remontar en esta temporada invitaban a pensar que la sorpresa aguardaría hasta otra ocasión. El segundo acto fue de fútbol plano, con un Atlético que supo dormir el partido y que siguió percutiendo el campo de los visitantes cada vez que estos cedían espacios. Los de Moreno encontraron buenas acciones en las botas de Kubo, de un Lago Junior que entró desde el banquillo, pero el encargado de poner el tercer gol del encuentro fue Koke, que aprovechó un rechace en la frontal para batir a un Manolo Reina al que condenó un pequeño rebote en el talón de Joan Sastre.
El 3-0 fue definitivo y así se le escapó otro partido a un Mallorca al que cada vez le queda menos tiempo, pero que sigue dando la cara por su objetivo principal: salvar la categoría. Sin tiempo para las lamentaciones, el elenco rojinegro preparará desde ya su final del próximo jueves ante un Levante ya salvado pero listo para dar guerra. Hoy fue demasiado, demasiado para el Mallorca.