El RCD Mallorca quiere apurar sus opciones de salvación, aunque sean muy remotas. Para ello, este martes en Son Moix solo vale una victoria frente al Celta de Vigo. El equipo de Vicente Moreno debe sumar de tres en tres para tener una mínima posibilidad de agarrarse a la permanencia, y hacerlo en casa es de obligado cumplimiento. En frente se encontrará a un Celta renovado, tanto anímica como futbolísticamente. El conjunto vigués parece haber encontrado la fórmula para volver a estar un año más en Primera División.
Un punto de los últimos quince. Dicho bagaje debe cambiar para aspirar a una salvación remota, y es que los bermellones, desde que se ha reanudado LaLiga, sólo han empatado contra el Leganés y perdido ante Barça, Villarreal, Madrid y Athletic Club. Unas cifras, obviamente, inviables si un equipo quiere mantenerse en Primera División. Para el encuentro del martes, a Moreno sólo le vale ganar y que una carambola de resultados acerque a los bermellones a la permanencia. En dicho encuentro el once deberá ser el de siempre, el de gala. Porque las rotaciones no parecen estar en la orden del día del míster valenciano. La vuelta al 4-4-2 parece lo más sensato: Budimir y Cucho arriba; Kubo y Dani en bandas; y la incógnita de la reaparición de Lumor en el lateral zurdo. Jugadores como Trajkovski o Salibur, deberán esperar aún más tiempo su oportunidad.
En el Celta, como decíamos, Óscar García parece haber encontrado la tecla para salvar la temporada. Rafinha está recuperando su alto nivel, así como un Iago Aspas que anotó ante el Barça un golazo para poner las tablas en el marcador. Los Santi Mina, Denis Suárez, Smolov y Nolito crearan una infinidad de problemas a la defensa bermellona: rapidez, desborde, técnica, experiencia. A todo eso hay que sumarle que el equipo de Óscar suma cuatro partidos seguidos sin perder, con una racha de ocho puntos de los quince posibles tras la reanudación de LaLiga. Una victoria gallega dejaría, prácticamente, sentenciado tanto al Mallorca como al Leganés y Espanyol.