La crisis sanitaria provocada por el COVID-19 puede dejar varios efectos colaterales en el mundo del fútbol. No se sabe si las competiciones domésticas se podrán reanudar. Si la respuesta es afirmativa, el cuándo se hará es la gran incógnita. Aquí aparece una de las primeras problemáticas: los contratos de los jugadores. Si las diferentes ligas a nivel mundial y europeo se reanudan durante el verano -es decir, pasado el 30 de junio-, hay jugadores que por contrato ya no podrán jugar.

El director legal de la FIFA, el español Emilio García Silvero, reconoció que la asociación no puede prorrogar los contratos ya firmados más allá del 30 de junio y, por lo tanto, los jugadores podrían abandonar su club. Sin embargo, no podrían incorporarse a otro equipo porque los períodos de fichajes van a cambiar. También ha subrayado que a causa de los efectos de la crisis del coronavirus la situación ha cambiado y que el 1 de julio, al contrario de lo que ha sucedido habitualmente «no se abrirá el mercado» de fichajes.

Este contexto debe preocupar mucho a todos esos equipos cuyos futbolistas, por ejemplo, están cedidos en ellos. El caso del RCD Mallorca es digno de análisis. Si la competición se reanuda en verano, los bermellones no podrán contar ni con Take Kubo ni el ‘Cucho’ Hernández. Una situación que se repetirá en la gran mayoría de los equipos de Primera División.