El Real Mallorca visita este próximo domingo el estadio de Pucela para disputar su partido correspondiente a la undécima jornada de liga. El dicho feudo espera el Real Valladolid de Sergio González, que pese a venir de una goleada en contra en el Camp Nou está cuajando un notable inicio de liga, en el que sólo ha perdido en tres ocasione.

¿Sin victorias en una semana de tres partidos? Los antecedentes dicen que sí. El Mallorca tendrá que seguir afrontando los partidos a domicilio con la presión de ser el único equipo de la liga que aún no ha puntuado fuera. Puede que los compromisos lejanos a la isla han sido siempre la gran y única debilidad de este Mallorca de los últimos años. Pero en Primera eso debe cambiar, y cada dos semanas se te planta enfrente una nueva oportunidad.

El Valladolid de Sergio es un rival duro de roer, como muchos otro. El conjunto violeta es uno de los llamados a luchar por la permanencia, y de momento está ya a más de un partido de ella. Cinco son las unidades que separan al equipo pucelano del pozo. Y podrían haber sido más. El 4-4-2 está dando resultado y jugadores como Óscar Plano o Sergi Guardiola, con tres dianas cada uno, han dado el paso adelante necesario para convertir a su escuadra en un equipo que pueda mirar más allá de la salvación.

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Y por otra parte bien distinta está el Mallorca: el conjunto de Vicente Moreno se ha acercado peligrosamente a la zona de descenso después de los resbalones ante Leganés y Osasuna, que cortaron la esperanzadora racha de dos victorias ante RCD Espanyol y Real Madrid. Los bermellones saben ya que la asignatura pendiente de la ‘cara B’ mostrada lejos de Son Moix es ya inaplazable, porque todo lo que no se suma en casa se debe compensar con algún que otro resultado positivo a domicilio. El Valladolid, a priori, no deja de ser otro rival más con el que codearse para lograr el objetivo, así que los rojillos deberán tener claro que el partido de Pucela debe ser un punto de inflexión, toca abrir la otra lata.