Real Mallorca y RCD Espanyol se verán las caras en el que será el octavo partido de liga para bermellones y pericos. El choque tendrá lugar el próximo domingo a las 12:00 en el estadio de Son Moix y enfrentará a dos equipos heridos de gravedad que medirán fuerzas para empezar a ver la luz al final del túnel.

Puede que tres competiciones estén ya pesando en las piernas de los catalanes aún estando a inicios de octubre. El conjunto comandado por David Gallego las está pasando ya canutas en una temporada que para ellos empezó hace ya un par (mallorquín) de meses. Los de Cornellà son el tercer peor equipo de esta Primera División y la única escuadra que todavía no ha estrenado su casillero como local en la presente competición liguera.

La baja de Borja Iglesias también ha pesado en los de Gallego. Pese a la llegada de nombres con mordiente arriba como Vargas o Calleri, al Espanyol le está costando ver puerta. Le está costando tanto, que ya es uno de los cuatro equipos que menos marca en esta liga (con los mismos registros que Mallorca y Alavés, y con un tanto más que el Leganés). Pese a todo esto, los de Barcelona vienen de lograr un meritorio triunfo en Moscú ante el CSKA, factor que les puede jugar a favor o en contra según sus intereses.

Y por otra parte, el Mallorca. El club bermellón y todo lo que le rodea es consciente de la importancia del encuentro ante el Espanyol, aún estando en el inicio de liga. La gran incógnita será saber si Vicente Moreno apostará por la vuelta de Antonio Raíllo para que el andaluz vuelva a ser el talismán defensivo bermellón ante uno de sus ex equipos. Con quienes no contará para esta jornada el técnico valenciano será con Chavarría y Sedlar, ambos descartados, a parte de Baba Rahman, al que aún le quedan semanas para volver. Con todo para vivir y jugar una auténtica final anticipada en Son Moix ante un Espanyol en horas bajas al que, con una buena actuación, se le puede meter mano.