La décima jornada de campeonato liguero en Primera División está ya a tiro de piedra. En ella, el Real Mallorca de Vicente Moreno se verá las caras ante el CD Leganés de Luis Cembranos, que debutará como técnico del conjunto pepinero ante la reciente dimisión de Mauricio Pellegrino. El partido, que se disputará en el estadio de Butarque el próximo sábado a las 16:00, otorgará a la escuadra bermellona una oportunidad única e irrechazable: sumar 12 de 12 en los últimos tres encuentros, o por lo menos prolongar la racha de dos semanas sin conocer la derrota.

Las aguas están algo más que revueltas por el sur de Madrid. El ‘Lega’ es el único de los 20 equipos que conforman la máxima categoría del fútbol español que todavía no conoce la victoria. Pero no todo el drama ha sido merecido: la insuficiente capacidad goleadora de los blanquiazules ha permitido a la mayoría de sus rivales arrebatarle puntos a los de la capital y ha favorecido que la balanza acabe cayendo del lado rival en casi todas las ocasiones, aún sin merecerlo.

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Pero ya saben, «entrenador nuevo, victoria asegurada», o eso dicen. Habrá que ver cómo juega Cembranos su nueva baraja, pero sin duda alguna, la presión y la urgencia por puntuar son extremadamente claras. Una baraja, que como no podría ser de otra manera en esta categoría, está llena de cartas de calidad que bien pueden marcar diferencias. De medio campo para arriba, el conjunto madrileño cuenta con nombres que asustan y que pueden suponer un peligro para los Valjent, Raíllo y compañía: Roque Mesa, Óscar, En-Nesyri o Braithwaite son sólo algunas de las unidades que conforman una plantilla llamada a luchar por la permanencia hasta el último de sus partidos, como ha venido haciendo en las recientes temporadas.

Y por otra parte bien distinta, el Mallorca. Vicente Moreno y sus secuaces están todavía con la miel en los labios tras la victoria ante el Real Madrid, pero a la vez, con la mente en Butarque. Pese a las dos últimas semanas, el equipo sigue sabiendo cual es la meta por la que debe luchar: la permanencia. Y si hablamos de permanencia, qué mejor que hacerlo catalogando el choque del sábado de enfrentamiento crucial por pelear por dicha gesta. Pese a que los madrileños son colistas, sabido es por todos que esta liga es muy larga y que el que parece estar desahuciado puede revivir en cualquier momento, a la vez que el que se encuentra en una situación de relativo privilegio puede ver peligrada su posición con un par de resultados negativos. Todo muy apretado, aquí nadie regala nada. El Mallorca afronta el primero de un puñado de partidos que se pueden etiquetar como «de su liga». Todo está relativamente bien diseñado para que la escuadra mallorquinista pueda prolongar este sueño del que ahora mismo le interesa bien poco despertar.