«Señoras y señores, tomen asiento; en breves momentos, dará comienzo el espectáculo”. Ahora bien, ¿qué tipo de espectáculo será el que se verá este año en Son Moix?
Esta pregunta la he llegado a responder de tantas formas que me es imposible decíroslas todas. “Que si vamos a ser un Valladolid, que si vamos a ser un Eibar, que si vamos a ser el Huesca de la temporada pasada…” A esta última conclusión he llegado en más de una ocasión, y siempre he tirado por el mismo camino para justificarla: los oscenses llegaron con un equipo más jugoso que el nuestro, con jugadores que bien podrían haber salvado al equipo, y sin embargo, los pobres se empaparon de impotencia en tales cantidades, que al final, creo yo, llegaban a perder por simple inercia.
Y claro, uno ve los fichajes del Mallorca de este verano y piensa: “El Huesca tenía mejor equipo el año pasado, y mira…”.
Pero un día me paré a pensar de forma racional. Hice el ejercicio de pensar que un partido de fútbol no solo lo juegan los 11 futbolistas. Hay una serie de profesionales, representados por un cabecilla, que trabajan diariamente para corregir y mejorar las capacidades del equipo. Y el Mallorca, a diferencia del Huesca de la temporada pasada, llega con el mejor cuerpo técnico que se recuerda en la isla desde hace muchos años.
Se ha de ser consciente para poder disfrutar esta temporada del Mallorca, que la estrella del equipo que se va a ver cada semana sobre el terreno de juego, no es el que hace los goles, ni el que los asiste, ni el que los evita, sino el que gestiona precisamente a los que llevan a cabo estas tareas, y sobre él, es donde tenemos que poner todas nuestras esperanzas. No es una cuestión de desmerecer a los jugadores bermellones ni mucho menos, pero ahondando en mi reflexión, el problema del Huesca la temporada pasada fue que el sustituto de Rubi para el banquillo (técnico que al final de temporada devolvió al Espanyol a Europa más de uno década después), fue un Leo Franco sin experiencia, que sobrado de orgullo, dejó los despachos para coger un equipo en una situación muy delicada como es un ascenso a Primera División. Y el Mallorca, claramente, creo ciegamente que no tiene este problema.
¿Se llega con fichajes experimentados que pueden dar un salto de calidad y ritmo al equipo? No. ¿Se llega con el grupo que en 2 años ha ascendido dos categorías, que cree en su entrenador, y que en pretemporada ha dado señales de competitividad? Por supuesto.
No sean tristes; dejen a un lado a Maheta Molango y Javier Recio y disfruten del fútbol. Disfruten, porque ni vosotros vais a conseguir que venga ni Moyà, ni Borja Valero, ni nadie, ni ellos parece que vayan a hacer nada por intentarlo. ¿Os parece que me estoy resignando? ¿Acaso es resignarse el confiar en un entrenador que ha sido capaz de levantar a un grupo salido de las cenizas del club, y que pese a llegar a Primera División, ha rechazado ofertas de equipos afincados en la categoría porque cree en este grupo y quiere hacer grande a este club? Yo no creo que Vicente Moreno haya venido a pasearse por los campos de Primera. Ganaremos, empataremos, y perderemos, esto último seguramente más de lo que nos gustaría ver creo yo, pero estoy seguro que por sus “señales”, Moreno hará competir a este equipo hasta el pitido final.