Una semana después de volver a la élite balompédica por la puerta grande, al Real Mallorca se le viene encima una aún más exigente. El conjunto bermellón apura las horas para recibir a la Real Sociedad en lo que será la segunda jornada de competición liguera para la escuadra dirigida por Vicente Moreno. Imanol Alguacil y sus secuaces ya demostraron de lo que son capaces en Mestalla, donde consiguieron un prestigioso punto en el primer partido de liga, en el que el conjunto de San Sebastián cuajó una gran actuación. Bermellones y blanquiazules se verán las caras en la isla, el próximo domingo a las 17:00, bajo el juicio arbitral del madrileño Valentín Pizarro Gómez.

Dificultad elevada, riesgo asegurado. La Real Sociedad es uno de los equipos de esta liga llamados a pugnar, mínimo, por colgarse el cartel de ‘revelación’ a final de temporada. Por estructura, masa social y plantilla. Porque los de Anoeta se han reforzado con fichas de mucho prestigio para apuntalar un ataque de categoría que ya conformaban los Oyarzabal, Willian José y compañía. Martin Ødegaard, Portu y Alexander Isak. Mucha, pero que mucha pólvora.

Los de Zubieta son un proyecto joven, ambicioso y asentado, ya que los grandes movimientos de mercado en los que los ‘txuri urdin’ se han movido se cerraron hace ya un par de meses. Alguacil cuenta con un manojo enorme de alternativas para formar su formación fetiche: el 4-3-3 que tan bien le viene funcionando al técnico desde que se hizo cargo del primer equipo. Con jugadores diferenciales en todas sus líneas, la Real apuesta por un juego agresivo en banda, en el que Ødegaard cuenta con total libertad de movimientos y en el que la figura referencial del punta acaba siendo importante tanto para finalizar como para formar parte de la transición de ataque, un registro en el que tanto Willian José como Alexander Isak pueden ser alternativas viables. Con Portu como posible baja más importante, el once por el que apueste Alguacil se puede asemejar al siguiente:

Real Sociedad - Football tactics and formations

Y por otra parte, el Real Mallorca. La escuadra rojilla ha vivido una semana de lo más excitante: el regreso a Primera, los primeros tres puntos y la llegada de Takefusa Kubo, cedido por el Real Madrid, que ha causado sensación entre la parroquia bermellona, como no podía ser de otra manera. «Estoy listo para jugar el domingo». Estas fueron las primeras palabras del joven jugador nipón tras aterrizar en la isla. Habrá que esperar al juicio de Vicente Moreno, que suele ser bastante cauteloso con los nuevos, tratando bien de ajustar a cada uno su rol antes que cualquier cosa.

La del domingo será otra fiesta del fútbol en Son Moix, especialmente para el cuadro local, que todavía se relame los labios tras lograr una trabajada victoria en la primera fecha del campeonato doméstico. La versión del equipo ante el Eibar dejó una conclusión evidente: este equipo compite sin importar la categoría en la que lo haga. Jugadores como Valjent, Baba o Dani Rodríguez dieron un verdadero paso al frente para empezar a demostrar que ni ellos ni el Mallorca están aquí de paso y que el objetivo de la permanencia es un sueño al alcance de un vestuario que cree en lo que hace, como es el de Son Moix. Ya sin bajas sensibles, Vicente cuenta con todo su arsenal para intentar plantar cara a un rival tan complicado como la Real, al que por supuesto nadie teme, y más jugando en casa, donde este equipo saca su mejor versión.