Entre el elenco de cambios realizado por el IFAB (The International Football Association Board), el órgano legislativo y regulador de todo lo que le acontece al balón, uno destaca por su efecto directo en el juego. La clarificación de los tipos de contacto de la mano con el esférico y sus sanciones deja menos espacio a la duda y la protesta. Los jugadores sustituidos abandonando el verde por la salida más cercana, y no por el reglamentario centro del campo, agiliza el partido. Muchas otras robotizan un juego cada vez más encorsetado. Pero la nueva norma referente al saque de puerta plantea nuevos e interesantes escenarios para sacar el balón jugado. Un reto para quién construye desde atrás y una oportunidad para los bloques de presión altos.
La principal novedad de los saques de puerta recae en que el área puede estar habitada por compenentes del equipo poseedor del balón, además del portero. Por lo tanto, el balón puede estar en juego sin haber salido del área. Los rivales deben mantenerse, siguiendo los cánones futbolisticos tradicionales, fuera del área hasta que el esférico se ponga en movimiento. Se agiliza notablemente los inicios de jugadas y se reducen pérdidas de tiempo, voluntarias o inocentes, pero estas plantean nuevos problemas a resolver en las pizarras técnicas. Las pretemporadas han sido testigos de infinitas pruebas y de vacíos legales, correctamente paliados por la IFAB.

Vicente y Dani han diseñado su propio planteamiento, adaptado perfectamente a las necesidades y cualidades de sus futbolistas. Iddrisu Baba, que en su primer baile en la máxima categoría está acaparando la mirada de todos los asistentes, es la primera pieza del engranaje. Él es el encxargado de situarse al costado de Reina, siendo la primera opción y dejando el espacio necesario para situar las demás piezas. Los centrales se abren a los costados y los interiores se situan por detrás de la linea de atacantes del rival, que en muchas ocasiones esperan como jauría para salir a morder una vez la presa está en juego. Por último, apreovechando la superioridad aérea de Budimir, busca huecos libre de marca por si tiene que intervenir. El dibujo queda algo así:
Reina toma la primera decisión: Baba o Budimir. El repliegue de metros de gran parte de los bermellones, con el fin de aclimatar el escenario para una posible salida de balón limpia, crea espacios entre líneas que el croata aprovecha a la perfección. Recibe, baja el balón y descarga de cara para que, con una línea menos, Febas y Salva comanden el ataque. Ese salto de líneas es hijo de la primera opción, jugar en corto con Baba. El ghanés cuenta, normalmente, con tres líneas de pases: los dos centrales abiertos y uno de los interiores rompiendo a un costado, mientras el otro fija. Diferentes líneas y a diferentes alturas que facilitan notablemente las labores en el inicio de la jugada en el caso de recibir una presión alta del rival. Si estos esperan en un repliegue más bajo, Baba cuenta con la soltura, confianza e imaginación suficiente para reencarnarse en líbero y romper líneas con el balón en posesión. La gran apuesta bermellona no tan solo es clave en el sistema defensivo de Vicente, si no que es el eje sobre el que gira el inicio de todas las jugadas.