Disputándose los primeros puestos con las patatas y Serra Ferrer, Damià Amer es una de las grandes exportaciones históricas de Sa Pobla. A sus 24 emigró del norte de la isla a la capital y parte de su vida, y su corazón, no realizaría el trayecto de vuelta. Hasta 1990 como jugador y posteriormente como coordinador y entrenador de futbol base, utillero, segundo entrenador y, aun hoy, delegado del primer equipo. Damià (Sa Pobla, 1958) lleva 36 años dedicando sus días al Mallorca: toda una vida.
Corría la temporada 83-84 y, tras un nuevo ascenso a Primera división, el Mallorca caminaba por las profundidades de la tabla y Marcel Domingo (Salin-de-Giraud, 1924) sería el encargado de remendar la situación. El francés, un maestro y obseso del trabajo psicológico, recogió sus frutos en una de las actuaciones individuales más recordadas por un futbolista bermellón. Vigésima jornada y el Mallorca visita el Camp Nou de Maradona, Schuster y el Lobo Carrasco. Días antes, Marcel y Gallardo, capitán y estandarte, comenzaron a trazar un plan: Amer, que tan solo había jugado un partido aquella temporada, realizaría un marcaje al hombre a Maradona. El pobler recibió instrucciones claras: «encima de él, que no se gire. Haz lo que sea, pero que no juege». Parecía utópico que un chaval, que hacía tres años jugaba en Tercera balear y arreglaba las tuberías de su pueblo, pudiese secar a Diego Armando. Ahí entraba en juego Marcel: «te hacía pequeño a Maradona y te lo creías», afirmó Gallardo años más tarde.
Damià llegó al 22 de enero de 1984 convencido de su cometido y Marcel plantó el siguiente once sobre el Camp Nou: Zubeldia; Gallardo, Amer, Sabido, Izquierdo, Zuviria; Paco Martínez, Delgado, Riado; Verón y Gerry Amstrong. Desde el primer minuto, Amer se aferra a Maradona y se dispone a bailar, siempre al límite del reglamento. Verón adelantó a los bermellones antes de llegar al descanso y la utopía de Marcel parecía cobrar forma. El Barcelona empató a falta de media hora y empezó el asedio. No obstante, le faltaba su as: Maradona apenas entraba en juego y, si lo hacía, rápidamente era derribado por el pobler. Vería la tarjeta amarilla pasado el minuto 70 y se le complicó el reto: frenarle sin cometer faltas. Entrado en faena, Amer acabó el partido (1-1) y firmó las portadas de los periódicos nacionales: «quizás sin ese marcaje sería un mallorquín más de los que han pasado por el club», confesó en una entrevista para Diario de Mallorca. Maradona, al finalizar el baile, felicitó noblemente a la pareja más dura con la jamás se había topado.
“Sa Llotja” pretende, a modo de museo y a través de fotografías, personajes, partidos históricos, portadas de periódicos… exponer la historia del Real Club Deportivo Mallorca. Cada jueves, una nueva entrega: