La duodécima jornada de campeonato en Segunda División está lista para echar a rodar y al Real Mallorca le ha tocado viajar hasta la histórica ciudad de Oviedo (volando primero a Bilbao) para medirse al conjunto carbayón dirigido por Juan Antonio Anquela. La escuadra bermellona visita el feudo de un equipo al que ya eliminó de la primera ronda de Copa con equipos de plata y, aún así, deberá hacer mád que bien los deberes para poder rascar algo en el Carlos Tartiere.
Un equipo con calidad, fondo de armario e irregularidad. Así es el Real Oviedo de la presente temporada. Sin una estabilidad de resultados desde el inicio, Anquela ha canjeado el 4-3-3 por un 3-4-3 que está siendo un poco más efectivo. Pero sigue sin ser una fórmula que funcione con creces, pese a que los azulones están colocados en una posición más que noble y con acceso a casi todo; la octava, justo detrás de dónde está el Mallorca.
Y es que será un partido muy apretado, como lo está la tabla clasificatoria y como lo estuvo también el último partido que disputaron estos dos equipos en Copa del Rey, con victoria por la mínima (1-0) para los de Vicente Moreno. Un solitario gol de Ferran Giner decantó la balanza de lado bermellón pero se augura que para que se repita la hazaña hará falta algo más que una simple individualidad.
Los visitantes tendrán una de cal y dos de arena: Manolo Reina es baja por lesión pero vuelven Joan Sastre y Sergio Buenacasa a una convocatoria liguera. Y, para lo del de Trabuco, sin problema. Porque la solución tiene nombre y apellidos: Miquel Parera. Con eso y más, los rojillos necesitarán una gran actuación para volver a la senda de la victoria después de más de un mes de sensaciones agridulces. Y todo eso en Asturias, tierra de esperanzas.