La octava jornada de liga en Segunda División está a punto de echar a rodar y al Real Mallorca de Vicente Moreno no le vale otra cosa que no sea ganar ante un Tenerife herido (pese a haber ganado en su último encuentro) para hacer bueno el punto conseguido el pasado sábado en el Anxo Carro. Además, una victoria ante los canarios devolvería al equipo bermellón a una senda más positiva, por la que no navega desde hacer ya un par de semanas.

El nuevo Tenerife de José Luis Oltra: un equipo tocado pero con muchos argumentos para empezar a despegar. Calidad, orgullo y pegada, todo lo que tiene el equipo blanco y que ya le hizo ganar en su último encuentro con su nuevo entrenador a la cabeza. Dani Hernández, Camille, Luis Milla, Suso, Naranjo, Nano Mesa y algún que otro nombre más de calidad que conformaron una especie de 4-2-3-1 en el primer choque de Oltra ante el Cádiz en el que, por la mínima, sumaron la primera victoria de la temporada.

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Por su parte, el Mallorca recupera a un jugador clave: Antonio Raíllo, el gran pilar de la zaga bermellona. Aunque Russo y Valjent no hayan estado mal, la baja del andaluz sumada a la del capitán Xisco Campos han bajado la moral y el nivel defensivo del equipo, que ha concedido algo más en estas últimas fechas de lo que nos tiene acostumbrados. Y, de momento, los que seguirán fuera serán el propio Xisco, Joan Sastre y Sergio Buenacasa.

Y con el empate del Anxo Carro, al Mallorca le convendría que esta semana los puntos se quedaran en casa, por lo aquello de “hacerlo bueno”. Y es que así es, la mejor manera de hacer valer el punto en tierras gallegas, es ganando ante el Tenerife para así sumar moral y escalar posiciomes en la tabla y a la vez regalarle a la parroquia bermellona una nueva alegría, como viene siendo ya habitual en los últimos tiempos. El equipo bermellón lo sabe, Son Moix debe ser clave.