El Real Mallorca de Vicente Moreno afronta este próximo viernes su quinto compromiso liguero de la temporada. Tras el traspiés en Santo Domingo, el conjunto bermellón buscará ahogar las penas en su próximo rival, que no es otro que el Cádiz de Álvaro Cervera, un equipo repleto de talento y que concede muy poco a los equipos a los que se enfrenta.
Para empezar a deshuesar al conjunto gaditano hay que emplear un término: pragmatismo. La escuadra amarilla vive de ello: condecer muy poco atrás y generar pocas ocasiones de gol, pero rentabilizando todo lo que tienen en su mano. Un 4-2-3-1 marca de la casa donde un nombre propio destaca por encima de cualquier otro: Ager Aketxe. El ex-canterano del Athletic es la brújula del equipo y el pelotero del conjunto sureño. El Real Mallorca ya sabe cómo se las gasta el bueno de Ager ya que el vasco ha conseguido hacerle gol al conjunto balear hasta en dos ocasiones, con el mismo Cádiz y con el filial de Lezama hace ya unas temporadas.
Pero no todo acaba ahí. El cojunto de Carranza cuenta con jugadores experimentados y diferenciales en cada una de sus líneas esquemáticas: Alberto bajo palos, Kecojevic en la línea de zagueros, Álex Fernández en el medio y el explosivo Salvador Agra por banda son sólo alguno de los (re)nombres con los que cuenta el equipo que visitará Son Moix el próximo domingo: un equipo para optar a cualquier cosa (y más teniendo en cuenta el factor Ramón de Carranza).
Y en clave bermellona, dos son los nombres que resuenan con fuerza a pocos días del partido: Vicente Moreno y Antonio Raíllo. Por una parte, lo del míster. Por primera vez en mucho tiempo, el técnico valenciano pareció no estar del todo acertado con las decisiones que llevaron a la derrota ante el Alcorcón: pocos cambios en un once sin a penas descanso y unas sustituciones que ni acabaron estando a la altura de las circustancias. Pero si alguien sabe ser fiel a su estilo y reponerse sin cambiar el discurso ese es Vicente. Por otra parte, el central andaluz. Su baja en el último partido resultó realmente decisiva: quedó demostrado que el equipo pierde muchísimo en la zona defensiva cuando no está disponible. Él y su vuelta son una de las auténticas esperanza para el choque del viernes.
Un partido para lamerse las heridas y volver a volar todo lo alto posible: un grupo que cree, una afición encantada con el equipo y su situación y un cuerpo técnico que ha demostrado lo que vale. Esos son los ingredientes que ha necesitado y necesita este Mallorca para obtener la licencia con soñar con algo más que la permanencia, pero, de momento, paso a paso. Toca rearmarse en Son Moix.