No fue posible a la primera, pero no es ningún drama. Muchos aficionados ya se han escandalizado por perder el pasado domingo. Algo que no entiendo. El Real Mallorca deberá esperar, al menos una jornada más, para ser campeones del grupo tercero de Segunda B. La derrota en casa del Sabadell es una opotunidad perdida en busca del objetivo de terminar en primera posición. Aunque el contexto ayudará a pensar que empatar, como mínimo, en la Nova Creu Alta; puntuar en Segunda B y, además, hacerlo fuera de casa, es muy complicado.

No todos los rivales son iguales y todo te van a querer ganar. No entiendo como ciertos aficionados bermellones pensaban que ir a Sabadell a puntuar o, en general toda la temporada en Segunda B, sería un paseo para el conjunto malloquín. Como hemos podido ver jornada tras jornada, no es nada fácil. Además, esta situación acentúa mucho más la gran primera vuelta que hizo el Mallorca. No fueron campeones en Sabadell tras un mal partido; pero de allí a desprestigiar al equipo. Permitidme no estar a favor de todo ello.

El próximo domingo Son Moix debe ser una fiesta. El partido perfecto. Ser campeón ante la afición. Cuajar un buen partido y dejar sellada la primera plaza para, así, llegar al último partido de la temporada con deberes hechos. Son Moix debe estar lleno para conseguir ese objetivo: una liga para el Mallorca. Suena raro escribirlo y decirlo. Por cierto, sí. Lo celebraré.

Ganar la liga y encarar el play-off descansados. Ganar al Badalona el próximo domingo es clave para encarar el play-off con más tranquilidad, ya que, en principio, alguna rotación sí habría en el partido ante el Deportivo Aragón. Diría que, aunque Vicente Moreno lo niegue, sí hará dichas rotaciones. Básicamente, porque ante un rival como el Mirandés, el Rayo Majadahonda o el Cartagena, los jugadores bermellones deben estar al 100% para darlo todo. Y repito, el ascenso, también lo celebraré.