«Quiero una final PSG-City, que nos enseñe que, si tenemos un sueño, la solución es gastar el dinero que haga falta para conseguirlo». Dos líneas firmadas por Chimo Baeza, individuo indescifrable que golpea de lírica exótica las redes. Una frase de un descojone brillante y de realidad, hace tiempo, personificada a la vuelta de la esquina. No hay que olvidar, sin embargo, este deporte como el peor negocio posible para hombres de maletín y corbata, desgraciadamente algunos han sido, son y serán patronos de cartón piedra en la búsqueda del tesoro escondido en las arcas del club. Por tanto invertir en fútbol en categorías inferiores a la primera de todas, porque esta ya está casi todo el vagón sold out, es un pozo sin fondo. Decía Manuel Jabois que la gloria de los pobres consiste, en el mejor de los casos, en el ascenso. Al Mallorca la gloria máxime es el subir pero de pobres nada, cosa que el romanticismo de un ascenso a la categoría vip se cae por las escaleras, y tras varios tequilas.

Las nubes están, aun siendo el equipo líder. El mallorquín es pesimista per se y repítele en bucle que siendo primero de grupo sacándole un montículo de puntos al segundo, en dos partidos de pájara te quedas seco, k.o. Igualmente Maheta tiene la suerte de poder agarrarse al mensaje de Chimo. Hay dinero, no hay juego pero se gana y eso basta y es lo más importante. Y es que la primera parte ante el Alcoyano, lo mejor, incluso hubo repetición de dicha jugada, fue el control de espuela botellita en mano y bebiendo de Vicente Moreno. Nadie tendría que olvidar como trinchaban defensas Lago y Giner, el último hasta parecía un galgo. Pero se destaca, por encima de todo, el debut y el efecto de Dani Ndi. Salió y al minuto Bonilla golpeó de pena máxima a gol regalado. Saber que te regalen penaltis es también una grandeza. Hasta el debutante casi pudo marcar, en ese instante  se susurró un «Uno Ndi Noi» presuntamente de Joan Sans. El camerunés, que parece ya curado de rebeldía, en su presentación esclareció una cosa: «No soy un Messi, soy Dani», gracias por aclararlo. A saber cuando las nubes se irán, pero cuando se vayan el Sol sí regresa.

Foto: Diario de Mallorca