Tengo la certeza de que en el momento que Cedric enchufe dos goles seguidos será un activo anotador vital. Lo demostró en verano. Siempre le vi como un delantero completo en cuanto atributos físicos: rápido y explosivo, bueno por arriba, luchador. Pero flaco en el aspecto psicológico. Su rendimiento es directamente proporcional a la confianza que tenga en si mismo. Paradójicamente, y desmonta mi argumento, ha vencido dos veces al maldito cruzado. Es un argumento válido a medias, tan solo dentro del verde. La portería parece hacerse pequeña para el nigeriano. Piensa dos y tres veces antes de probar al portero y resbala ante oportunidades irrechazables. Maldita (falta de) confianza. No solo el cruzado.

Todo el mundo espera la llegada del quinto. Tras un circuito aparentemente perfecto, encima se espera que Mr. Marshall, quien debo decir que nos está malacostumbrando, desembolse un puñado de dólares más para atar a un ariete que asegure goles y playoff. Lo que empezó imparable, y es totalmente entendible, se ha ido desinflando con el paso de las jornadas y la suma de kilómetros. Sumado a las lesiones, la alarma lleva sonando semanas.

Ahora seamos fríos como él. Dejemos que Vicente, que lleva la batuta de los fichajes desde que aterrizó, haga y deshaga según su percepción y sus ideas. De sus últimos reclutas, uno se bautizó, en mayusculas, en el Santísimo Derbi. Como meros aficionados rasos no nos queda otra que confiar. Y tenemos razones, sensaciones y motivos suficiente para hacerlo.

Aridai no tardó en ganarse el beneplácito de la grada, con un gol y dos asistencias en el derbi.

Siempre queda la opción, y de la que soy partidario, de confiar, no solo en Vicente, sino también en los que ya están. Que al fin y al cabo, son los que nos han llevado hasta aquí. ¿Realmente algún delantero puede asegurar gol? Mi respuesta es un no rotundo. Y menos en nuestra categoría. El gol, en su esencia, esta sujeto a mil y un factores susceptibles de cambiar constantemente. Sus artífices tampoco pueden salvarse de ello. Reto al destino a regalarle dos goles y una dosis de confianza a Cedric. Lo pasaríamos bien.