Luces y sombras. No veo mejor que resumir el año con estas dos palabras. Se acerca el fin del 2017 y llega el momento de hacer balance. Un año muy duro para todo el mallorquinismo pero que termina de una forma un tanto dulce, siempre olivando la primera parte del año y solo centrándose en este último tramo. El paso de Segunda a Segunda B ha sido lo más duro para el club en los últimos lustros, sin embargo, el optimismo actual equilibra bastante la balanza del curso.
Este año iba a ser el del ascenso a Primera con Fernando Vázquez al frente. Aún me acuerdo escuchar al técnico gallego habla muy convencido de ello. Como bien sabemos todos, eso no pasó. Ni Olaizola ni Sergi Barjuan consiguieron salvar a un Mallorca que año tras año no levantaba cabeza.
El partido en Miranda del Ebro fue lo más duro para los aficionados mallorquines. Una gran expedición de mallorquinistas fueron a ver el partido ante el Mirandés en lo que era una de las últimas balas para no descender. Contra un equipo ya descendido, se empató y se consumó el descenso. La muestras de enfado por parte de la afición a toda la dirección deportiva era clamorosa. Tocaba empezar de cero y lo primero de todo era hacer limpieza.
La ilusión volvía fichaje tras fichajes. Descender a Segunda B dolió pero, seamos honestos, la dirección deportiva fichó a la perfección. El primer paso fue contratar al entrenador adecuado: Vicente Moreno. Además, jugadores con pasado mallorquinista como Xisco Campos o Abdón, volverían a la isla; jugadores con mucha experiencia en la categoría como Bonilla, Reina o Álex López; jugadores de la cantera como Joan Sastre o Cedric; y, sobre todo, que Lago Junior, Pol Roigé, Raíllo y Damià Sabater se quedasen.
Un inicio espectacular. El Mallorca en Segunda B está por encima de todos. Es el único equipo en los cuatro grupos que aún no ha perdido ni un solo partido. La pega de terminar el año con cuatro empates consecutivos parece que empaña un poco el trabajo realizado, pero la hazaña es impresionante y dificil de mejorar. Por ello, tenemos que valorar que todos los componentes de la entidad quieren volver cuanto antes al fútbol profesional.
Para ello habrá que ir al mercado de invierno. Una de las malas noticias de este fin de año han sido las lesiones de Ferran Giner y Lago Junior. Con estas dos bajas, el nivel de la plantilla baja un poco y la dirección deportiva ya está decidida en fichar para, en la segunda vuelta de la competición, seguir al máximo nivel. El 2017 deja al aficionado mallorquín una sensación extraña, con luces y sombras.