Los actuales propietarios del Real Mallorca -con Robert Sarver a la cabeza- han hecho frente al último pago que quedaba pendiente con los acreedores ordinarios. No hacer frente a este último pago habría significado -muy posiblemente- la desaparición de un club que ya suma 101 años de historia.

Tras el pago de estos seis millones de euros, la nueva realidad del Mallorca es que tan solo tiene ‘cuentas pendientes’ con Hacienda y la Seguridad Social, eso sí, con un calendario de pagos que se extenderá durante los próximos cinco años. El mallorquinismo puede respirar más tranquilo.