El Atlético Baleares de Armando de la Morena recibe este fin de semana al Llagostera en Son Malferit, estadio donde todavía no ha conseguido ni una sola victoria durante el curso presente. Será otra semana en la que los blanquiazules se midan a un rival, a priori, inferior pero que ya es, aunque duela, rival directo por no descender a Tercera División.
Cuesta asumirlo, pero el Baleares de Armando de la Morena ya tiene que preocuparse más por la zona de abajo que por la zona de arriba. La pésima racha de los del Estadio Balear no ha quedado impune en la clasificación y, tras la victoria del Peralada la semana pasada, el equipo blanquiazul se encuentra a sólo un punto de la zona caliente de los puestos de play-out y descenso. Y al rival del domingo le pasa lo mismo. No hace tanto que el Llagostera militaba por Segunda División. Y si acabara la liga hoy, los catalanes serían nuevo equipo de Tercera. La situación es también crítica para los de Oscar Alvarez.
Se cruzarán dos dinámicas similares. La necesidad por los puntos y por hacer un buen partido será la varilla de medir para ver quien se lleva el duelo de mañana en Son Malferit. Sin Xisco, de la Morena necesitará la mejor versión de los Fullana, Oliva y compañía para salvar la situación actual del proyecto, del equipo y del entrenador. La imagen del equipo está muy dañada por los resultados y por situaciones externas al fútbol como las imágenes tan polémicas del Wanda Metropolitano en el que se ve a Messow y a Armando de la Morena disfrutando del partido de Champions ante la Roma con dos bufandas del conjunto dirigido por Diego Pablo Simeone. Una victoria para disipar dudas y para respirar un poco. Ganar o mirar hacia los puestos de descenso.