Me lo he estado preguntando bastante últimamente. No se si es necesario perder, y mucho menos cuando. Seguimos imbatidos y todo va sobre ruedas. Mientras nuestros goles entran como si de una partida de parchís se tratase, el rival es incapaz de traspasar la puerta de (Don) Manolo Reina. Pero es necesario tropezar. Que aunque las cosas vayan bien, no está de más darse una ostia, a tiempo, para poder volver con mayor motivación. Probar la derrota hace apreciar, aún más, las victorias de la vida. Y en el fútbol, que al final es un fiel reflejo de ella, también.
El Villareal B se plantará en Son Moix con el orgullo de ser el único que está siendo capaz de aguante el pulso a Vicente Moreno y sus chicos. Grupo joven pero preparado, con proyección al primer equipo y habituado a la categoría. Desde una propuesta de control y posesión, se han vuelto a postular como uno de los contendientes a estar arriba. Medirse a ellos va a suponer un nuevo puzzle para el entrenador valenciano. Lo lógico, aguantar y esperar en un repliegue medio-bajo y, a partir de la solidez defensiva que se lleva demostrando durante poco más de dos meses de competición. Aprovechando el estado de gracia de Ferrán Giner y Lago Junior, volar en las transiciones y herir las espaldas de los groguets. Además, con arietes del calibre de Abdón y Álex, cualquier envió al área esta siendo, es y será oro.
Damiá y Pedraza no se verán obligados a llevar el tempo del encuentro, Reina y Raíllo deberán parar más de la cuenta. Van a tener que adaptarse a ser dominados por el rival. A esperar, verles venir y contraatacar con espacios. Aprovechar la inexperiencia de algunos de los rivales y encontrar la herida por donde sangran los castellonenses. No es una situación que se vaya a repetir mucho en la temporada, donde por nombre y por rendimiento, la basta mayoría de los rivales esperarán con temor su visita.
Perder el domingo no sería del todo una mala noticia. Es un buen momento -aún es pronto- y un gran rival. Mis tropiezos siempre me han ayudado a ver las mismas situaciones de con otros ojos, a desdramatizarlas. A perder el miedo a perder. Y al grupo que ha formado Vicente le sobra personalidad para hacer lo mismo.