El Atlético Baleares se ha enfrentado al Villarreal B en lo que ha sido la primera jornada de liga en Son Malferit, que ha presentado una excelente entrada. El filial del submarino amarillo ha conseguido llevarse los tres puntos de Palma de Mallorca gracias a una puesta en escena muy seria y de mucho criterio.

La primera parte ha sido un intercambio de golpes constante. Y el Villarreal se adapta bien a esa faceta de juego, o así lo ha parecido. Los visitantes han hecho mucho más daño en llegadas al área y de segunda línea, haciendo sufrir en exceso a la zaga franjiazul. Manu Farrando ha sido la traducción individualizada del sufrimiento de la defensa balear, ya que ha sido un despiste del central menorquín el que ha permitido a Imanol aprovechar un rechace para batir a Aulestia.

La presión del equipo amarillo ahogó la salida de balón y la presencia de jugadores locales en el centro del campo. Fullana, el jugador más talentoso del Atlético, a penas entró en contacto con el cuero y se vió forzado a realizar el trabajo sucio defensivamente o tras pérdida de posesión. Xisco tampoco encontró la conexión con sus compañeros que necesita para mostrar sus cualidades. Óscar Rico con su movilidad y Gerard Oliva con su garra, fueron quizá las únicas conclusiones positivas de una primera mitad en la que el balance para los de Armando De La Morena fue más bien negativo.

En la segunda parte el cuento empezó de la misma manera, pero con el aliciente del espíritu local por remontar. La presión de los de Castellón en campo contrario y tras pérdida funcionaba y daba dos resultados: reducir o anular las llegas por banda de Kike, Rico y Heras y organizar contragolpes inmediatos que han hecho sufrir al equipo insular. Cuánto más atacaban los de casa, más y mejor defendían los visitantes.

En los últimos 20 minutos de partido, el Baleares lo intentó con todas sus armas. Jugadores desde el banquillo, balones aéreos en busca de los puntas, internadas laterales constantes… pero sin el premio del gol. El Villarreal ha dado una auténtica clase de cómo replegar y defender un resultado. Y el mejor profesor fue Roger Riera, el de la casaca amarilla con el número 4. El ex del Barça, Celta y Nottingham Forest dió una lección y disputó un escandaloso partido en cuanto a posicionamento defensivo, segadas de recuperación o corte y salida de balón. Un equipo con mucho trabajo a las espaldas y con un jefe indiscutible en la zaga.

El partido ha acabado como lo hizo el primer tiempo. El Villarreal se ha llevado tres puntos de uno de los campos más complicados de la categoría. Un buen arranque inicial para los de Castellón de la Plana, que se colocan a la cabeza de la tabla clasificatoria tras cuajar un gran partido en prácticamente todos los aspectos de juego. Por su parte, el Atlético Baleares de Armando de la Morena arranca la temporada de la peor manera posible: una derrota, en casa y ante uno de los rivales directos llamados a encabezar el campeonato. Esto no ha hecho nada más que empezar pero nunca está de más empezar con buen pie.