Llegó el día. Se veía venir. El equipo de Palma de Mallorca abandona la Segunda División. Se marcha de la categoría por la puerta de atrás, sin estar a la altura de una afición que lleva muchos años sufriendo la nefasta gestión de una dirección que mucho promete, pero poco hace.

Da pena, rabia y se vive con impotencia el hecho de ver cómo un histórico de nuestro fútbol vuelve nuevamente a vivir cómo quienes dirigen el club lo manejan sin escrúpulos en una dirección totalmente desalentadora. El R.C.D. Mallorca no se merece esta situación. Nadie puede pisar la historia de un club que siempre ha estado entre los mejores del fútbol español.

Desde su descenso allá por junio de 2013, el conjunto mallorquín ha deambulo por la categoría de plata más cerca de la quema por marchar a Segunda División B que por el retorno a la Primera División. Pues bien, como bien dice el refrán, «cuando juegas con fuego, te quemas». Así le ha pasado al conjunto bermellón, que después de tres años huyendo del descenso en las últimas jornadas, ha visto como en esta ocasión la fortuna no le acompañó.

Ahora bien, el descenso no es lo más preocupante a corto plazo. La desesperada afición mallorquinista pide respuestas, pide responsabilidades ante este estrepitoso fracaso. ¿Y ahora qué? ¿Desde la cúpula directiva volverán a regalar los oídos a los aficionados en busca de un ascenso inmediato? La afición ya no quiere palabras. Quiere actos. Es aquí dónde se encuentra el hecho más complicado. El regreso a la categoría de plata y el posterior reencuentro con la máxima categoría se presenta como uno de los retos más complicados de la historia del conjunto mallorquín. El ascenso desde Segunda División B no es una tarea nada fácil para un club que debería estar en Primera División.

El pasado sábado lloramos tu pérdida, Real Club Deportivo Mallorca, pero desde hoy, 12 de junio de 2017, deseamos y soñamos tu regreso. Lo conseguirás. Al igual que conseguiste hacernos disfrutar ganando en Champions League al Mallorca con gol del mítico Engonga, o al igual que conseguiste ganar en 2003 la Copa del Rey frente al Recreativo de Huelva. Ahora te reencontrarás con el Decano en la categoría de bronce, pero seguro que muy pronto regresaréis de la mano a situaros donde la historia dice que os merecéis. Sólo queda tener paciencia, arrimar el hombro y depurar responsabilidades. Te quiero de vuelta pronto Mallorca, te lo mereces, desde Madrid te echaré de menos.