En tres días hace un año desde que el Getafe descendió a Segunda División. En la misma ciudad donde se jugará hoy parte de sus opciones de volver a la élite de forma directa, pero en diferente escenario. En 2016 fue en el Estadio Benito Villamarín, hoy es en el Estadio Sánchez Pizjuán. Misma ciudad, distinto escenario, eternos rivales. Así de caprichoso es el fútbol.
Esta tarde Sevilla Atlético y Getafe se medirán con el fin de acercarse a objetivos totalmente distintos. Los andaluces, por su condición de filial, no pueden optar a puestos de playoffs, por lo que saben que una victoria hoy significaría estar virtualmente salvados. Por su parte, el conjunto de Bordalás sabe que es un partido vital para meterse en la pelea por la segunda plaza, consciente de que el Girona visita a un Levante que puede cantar el alirón.
Noveno contra segundo. Sólo con mirar la clasificación nos hace presagiar que será un partido trepidante. Un equipo que propone fútbol combinativo, el Sevilla Atlético, frente a un equipo que con un fútbol más práctico llega en racha, el Getafe. Ambos conjuntos llegan tras vencer sus respectivos partidos: el «Geta» venció 2-0 como local frente al Córdoba, mientras que el filial sevillista se impuso 0 a 1 frente al C.D. Mirandés.
Jorge Molina contra Caro. Ivi y Marc Gual contra Alberto. Muchos son los duelos que esta noche se medirán sobre el tapete. En la ida vencieron los azulones, siendo muy superiores durante todo el encuentro, con dos goles de Álvaro Jiménez.
Sin embargo, hoy es otro cantar. Esto no es el Coliseum Alfonso Pérez, donde nunca han perdido los azulones con Bordalás al frente, sino el Estadio Sánchez Pizjúan, viejo conocido en la élite. Esta vez no contra el primer equipo, sino contra el filial, cuya trayectoria como local invita a ser precavido, puesto que únicamente se han dejado dos derrotas hasta la fecha (frente al Reus y frente al Mallorca).
En lo referente a los protagonistas, se dice que cuando las cosas van bien es mejor no tocarlas y así piensan ambos técnicos. Diego Martínez, técnico sevillista, apostará por un once muy similar al que venció al Mirandés, comandado por Caro en meta, un jugón Borja Lasso en la media, un driblador en espectacular momento Ivi (ex jugador del filial azulón) con el killer Marc Gual en punta de ataque para medir a la zaga azulona. Por su parte, José Bordalás seguirá confianza en Alberto, una de las sorpresas de la temporada, en Cata y Cala (que vuelve a visitar «su» estadio) como muro defensivo, con Faurlín en la sala de máquinas y con Portillo y Jorge Molina en punta de lanza para robar los tres puntos al filial del que durante muchos años fue su eterno rival.
Asegurar la salvación o asegurar el playoffs, seguro que uno de los dos objetivos se finiquita. El Estadio Sánchez Pizjuán dictará sentencia a partir de las 20:00 en un ambiente de fútbol que tendrá buena entrada y en un duelo que los rivales de la parte alta estarán siguiendo con lupa.